“En la medida en que yo vaya viendo cómo se van produciendo los acontecimientos intentaré repetir como candidato. Mi idea a fecha de hoy es intentar repetir de candidato. Tiene que querer mi partido. Vamos a ver cómo evolucionan las cosas, pero yo desde luego lo intentaré porque creo que caminamos en la buena dirección”. (EL PAIS, 25 de enero 2018).
Esta fue la afirmación de intenciones que formulaba la víspera el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, entrevistado por la prensa para intentar calmar la inquietud reinante en su partido, el PP, por diversos motivos de cara al 2020, fecha prevista para las próximas elecciones generales de España.
Una afirmación similar ha debido airear el presidente Danilo Medina frente a su eventual repostulación para el 2020, durante el discurso de rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional el 27 de Febrero último. Hubiera enviado un mensaje directo a sus seguidores dentro y fuera del PLD, al electorado, a la oposición y hasta los indecisos. Hubiera puesto el tema sobre el tapete. Nos habría ahorrado especulaciones, querellas entre dirigentes oficialistas y la incertidumbre subyacente en la opinión pública.
Creo que Medina tiene suficientes méritos como gobernante para aspirar a un tercer periodo presidencial. Realizaciones le sobran, y las faltantes parecen espectaculares, como la terminación de la Planta Punta Catalina, la guinda del pastel, que dará luz al territorio nacional. Pero para lograrlo necesita sortear dos obstáculos trascendentes: preservar la unidad de su partido y ensamblar la reelección al prurito constitucional. La primera, garantiza la segunda.
Sabiduría tiene Danilo para superarlos. Podría reproducirse esta respuesta de un dirigente popular sobre Rajoy: “En ocasiones ha puesto en duda su presentación como candidato, pero al final se presentará. No hay nadie mejor que él”.