El pasado día 23 de abril del corriente, leí con atención el artículo “Con la Patria en el alma”, de José Israel Cuello H., quien desde los años universitarios ha mostrado su preocupación por la suerte de este país. El artículo es un ejemplo más sus afanes para que logremos un mejor futuro.
“Bernardo Castellanos vive en Panamá desde que el sectarismo político peledeísta se dio el lujo de prescindir de un valor que otros aquilataron y le extendieron la mano”, escribe. Desafortunadamente, una gran verdad que compruebo no solo por la propia experiencia, sino además cuando viajo en asuntos profesionales o de placer. Hay mucho talento dominicano en el exterior, mucho, quizá más del que cualquier lector sospeche.
El seguimiento que el Ing. Castellanos da a los asuntos del país es loable, como se desprende del resumen que transcribe José Israel. De los puntos que se incluyen, me gustaría comentar el que se refiere a los “ingenieros sanitarios locales, quienes entienden que el agua de los acueductos debe ser por gravedad”, continuando a citar varios casos donde se construyeron calimetes para sacar el agua antes de turbinarla y señala los kwh que han dejado de producirse, desafortunadamente, no hay indicación de cuántos se consumirían con los bombeos. La posición de los ingenieros sanitarios no extraña, pues las instituciones que dirigen no pueden pagar la factura eléctrica. Entiendo también la de los hidroeléctricos, su propósito es generar lo más posible.
Cuando se contraponen las posiciones cada uno tirará para su objetivo, es normal y legítimo. Por eso, esta controversia seguirá viva: los ingenieros sanitarios prefieren gravedad y los hidráulicos generar con el caudal que se derivaría a los acueductos. Cada grupo tendrá sus razones puesto que el problema es complejo, quizá esta colaboración arroje alguna luz.
La transformación de la energía potencial del agua en eléctrica se logra pasando el agua por turbinas, éstas hacen girar generadores desde los cuales se toma la electricidad producida. Viceversa, para elevar agua se requiere invertir energía eléctrica o de otro tipo. En ambos procesos se originan pérdidas, no solo las de las tuberías, sino además, las que dependen de las eficiencias de los equipos: turbinas, bombas, motores, generadores. En consecuencia, no podemos estar indefinidamente convirtiendo una columna de agua en energía eléctrica y luego volver a reponerla sin costo energético alguno.
La generación de kW por un sistema turbina-generador y el consumo de kW por motor-bomba dependen de las mismas variables: caudales, alturas y eficiencias; el resto son constantes. Ambas ecuaciones son muy parecidas: constante por caudal por altura neta por eficiencia total para el caso de la generación, o, constante por caudal por altura total divididas por la eficiencia total.
La energía potencial de una columna de 20 metros altura que suple un caudal de 10 metros cúbicos por segundo (manteniendo el caudal y la altura fijos) con una eficiencia total 0.8, por decir un número, se convierte en 1568 kW; sin embargo, con esta cantidad de kW no subimos los 10 metros cúbicos por segundo a 20 metros, se requieren más, lo contrario sería una paradoja científica. Este concepto queda claramente establecido en los sistemas de presa-generación-contraembalse-rebombeo a la presa y nueva generación, en los cuales se genera en pico de demanda (alto costo del kW) y se rebombea cuando el costo de la energía es más barato, la diferencia de costos cubre la energía adicional necesaria y da beneficios en un determinado período.
La complejidad del tema comienza cuando cada una de esas variables fluctúa, así como del esquema que se configure. Influyen: horas de generación, horas de bombeo y cuándo ocurren, alturas neta y total para distintos caudales, variaciones de las eficiencias, topografía, longitud de bombeo, mantenimientos, etc.
Si para un tiempo equis, el total de horas de generación en pico es tal que su producido en pesos o dólares excede los costos de bombeo más los costos de construcción y mantenimiento de la estación, el resultado podría tomarse como un indicativo de para qué lado se inclina la balanza. Estos sistemas son caros y antes de tomar la decisión es recomendable hacer los análisis y maximizar los beneficios.