De cárcel a refugio de haitianos ilegales y delincuentes

De cárcel a refugio de haitianos ilegales y delincuentes

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Lo que se anunció con bombos y platillos como la cárcel más moderna en la región del Caribe, hoy no sólo exhibe un aspecto de ruina nada moderna sino que sus celdas son utilizadas como refugio de delincuentes y morada de haitianos ilegales.

Ubicada en el distrito municipal de Pedro Corto, en el kilómetro 20 carretera San Juan-Las Matas de Farfán, la construcción hace más de dos años que está abandonada, y hasta los vigilantes que tuvo han sido retirados.

Dicha cárcel se construye en una de las cinco fincas que la Procuraduría General de la República le decomisó al confeso narcotraficante y ex capitán del Ejército, Quirino Ernesto Paulino Castillo.

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Como los cientos y cientos de obreros haitianos que hay en la zona, al no disponer de vivienda, se alojan en cualquier enramada, casuchas abandonadas, principalmente que estas estén próximas a las parcelas y fincas, para evitar trasladarse a pie o en vehículo y así evitar ser apresados por los militares.

Dicho recinto carcelario tendrá una capacidad para alojar unos 900 internos, y su inversión ronda los mil millones de pesos, según informó Jean Alain Rodríguez el día del inicio de su construcción, en un acto al que asistieron el hoy obispo emérito, José Dolores Grullón Estrella y las principales autoridades de esta provincia.

Pese a que el presidente de la República, Luis Abinader, ha visitado esta provincia en cuatro ocasiones desde el 16 de agosto del 2020, ninguna de las autoridades le ha informado del abandono que afecta los trabajos de construcción de la nueva cárcel, en el distrito municipal de Pedro Corto.

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