Titulo esta colaboración recordando los libros “La hora 25” de Virgil Gheorghiu y “El americano feo” de William Lederer excapitán de marina, exasistente especial del comandante en jefe de las fuerzas estadounidenses en el Pacífico con la coautoría de Eugene Burdick , politólogo que sirvió en la Armada durante WWII. Se conocieron previo a la guerra de Vietnam.
“El americano feo” constituyó una expresión de arrogancias, desaciertos y abusos de la política norteamericana en el sureste de Asia a mediados del siglo pasado. “La Hora 25”, el momento demasiado tarde para todo.
Retrotraigo estos títulos ante el desafortunado acorralamiento del Gobierno norteamericano al dominicano, directamente o prevaliéndose de agencias internacionales, con relación a migración haitiana, basándose en falsedades canalizadas mediáticamente.
Y por la demora del Gobierno dominicano de adoptar, impulsar y dar seguimiento a iniciativas bi y/o multilaterales efectivas para contener migración; compensando omisiones con exabruptos, arbitrariedades y acciones ineficientes.
Un acorralamiento arrogante al no canalizarse denuncias, al menos previamente con carácter de advertencia, por las vías diplomáticas correspondientes.
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Desacertado por la absurda pretensión subyacente de dominicanizar problema haitiano, cuando pudiera ocasionar efecto contrario: haitianizar territorio dominicano que terminaría duplicando, de 12 a 24 millones, empobrecimiento isleño.
Y abusivo por cerrar importaciones azucareras a empresa dominicana, nación con Gobierno amistoso, que genera puestos de trabajo a haitianos y dominicanos al mismo tiempo que abre puertas a inversiones petroleras al inamistoso Gobierno venezolano; incoherencia desconcertante que traduce desconfianza. Y pérdida de autoridad moral imprescindible para toda nación que aspire a ejercer liderazgo mundial.
Esto explica la evolución desfavorable para Norteamérica de la geopolítica en Asia e Hispanoamerica.
A contrapelo los dominicanos debiéramos evitar que nos llegue “la hora 25”. Actuando firme pero prudentemente.
Llamando a denunciantes mediáticos a explicar lo denunciado por vías diplomáticas. Rebatirlas contundentemente. Diseñar, proponer y dar seguimiento sistemático a iniciativas alternas a las que nos quieren imponer.
Evitando acciones y declaraciones obstaculizadoras de iniciativas sustitutas a las provenientes de norteamericanos cuyos compatriotas calificarían de feos.