Con el regreso al país y la inmediata gravitación del profesor Juan Bosch tras la muerte de Trujillo, no solo nació el ejercicio de la política vernácula en República Dominicana, ya que para esa fecha salvo excepciones muy efímeras el país solo conocía la lucha de caudillos y dictadores, quienes se enfrentaron en diferentes momentos desde nuestra independencia; imponiendo sus ideas al margen de las voluntades y el interés del pueblo.
En ese sentido, es el profesor Bosch quien trae las ideas de libertades públicas, respeto a los derechos fundamentales, la lucha contra el latifundio, y la organización e institucionalización del Estado moderno a través de la reforma constitucional conocida como la Constitución del 63. Toda vez, que Don Juan era un profuso conocedor de las teorías de los llamados enciclopedistas de finales del siglo XVIII, las cuales ya había dejado por escrito en parte de la constitución cubana de 1940.
Un Muerto Vivo.
Dentro de ese contexto, fueron esos atributos junto a una conducta acrisolada e impoluta la que convirtieron al profesor Bosch; en la fuente política más citada e importante de nuestro país. Hoy aun en esta sociedad degenerativa la sola mención de su nombre en cualquier acto público o privado euforiza a los presentes; dejando evidenciado aún después de su muerte el cariño y la deferencia que el pueblo siente por ese gigante.
Sin embargo, hoy son muchos los sin vergüenzas de todos los partidos que diariamente pululan citando en sus discursos las enseñanzas y la conducta del profesor, con el único propósito de embellecer y edulcorar su populismo retórico y demagógico; los cuales en muchos casos ni siquiera han leído un solo libro de la autoría de Don Juan.
La Metamorfosis Política.
Con la muerte de Juan Emilio el 1 de noviembre del 2001 murieron todas sus enseñanzas, los ideales y la honradez, las que solo existen hoy día en una cúpula muy mínima del liderazgo político de nuestro país. Y con la misma, entonces nació ese personaje famoso, pragmático y pintoresco que encarnaba el gran artista Don Freddy Beras Goico archiconocido como “Don Melecio Morrobel”, quien ponía de manifiesto de manera pública y honesta como él mismo decía; sus apetencias desmedidas al igual que muchos políticos en la actualidad.
Don Melecio que no era otra cosa que, una genial sátira parroquiana y campechana de Nicolás Maquiavelo. El mismo, carecía de toda clase de escrúpulos, de formación y capacidad. Desde esa perspectiva, al mismo solo le interesaba llegar al poder para desde allí, poner en práctica todas las artimañas que él vociferaba le permitirían mantenerse en el mismo; mediante el famoso eufemismo del boroneo que en la praxis política es darte lo mismo que es tuyo.
La Cháchara Política.
Hoy que ya no existen los tres polos opuestos que encabezaban la política dominicana en las figuras de Don Juan, Peña y Balaguer, lo cual, permitía aún de un lado y de otro mantener vivo el debate de las ideas que enriquecían su ejercicio. Hoy solo existe el individualismo político, el afán por lo económico y la detracción entre partidos y líderes; matizados por el vacío de propuestas y de un liderazgo transformacional. Obviamente, como todo en la vida con algunas honrosas excepciones, pues como decía el propio maestro: “Nadie se muere de verdad, si queda en el mundo quien respete su memoria”.