Por Snayder Santana
Para el próximo año 2024, el país celebrará elecciones. Dos certámenes electorales, uno el tercer domingo de febrero, elecciones nacionales en el nivel municipal. Un segundo certamen se realizará el tercer domingo del mes de mayo, el mismo será Presidencial, Senatorial y de Diputaciones. Para ese año electoral, habrá algunas novedades en el proceso, como lo es la cantidad de niveles de elección que se ha elevado a 7 niveles, lo cuales son: Presidencial, Senatorial, de Diputados, Alcaldes, Regidores, Directores de Distritos y Vocales.
Me parece importante resaltar los niveles de elección, dado que es importante que se entienda que cada nivel de elección constituye en la práctica unas elecciones en sí misma, cada una con una dinámica y característica propia, con reglas y un impacto político particular. Cabe destacar que, en el caso del nivel municipal ese tercer domingo de febrero en el país se estarán celebrando 158 elecciones individuales simultáneamente, las cuales en términos administrativos y contencioso tienen su propia dinámica dentro del territorio en el cual se realizan y que el desarrollo de una no necesariamente afecta la otra.
Así como cada nivel de elección tiene sus propias particularidades y su propia dinámica, cada candidatura dentro de un nivel de elección tiene su propia complejidad y manera de ser abordada. Es por eso que en este análisis iremos de lo uninominal a plurinominal, con el objetivo de arrojar un poco de luz ante la incertidumbre que genera el tema de las alianzas, las coaliciones, las postulaciones y todo el entramado alrededor de una candidatura, cosa que parece un tema reservado para los gurúes de los partidos políticos y que preocupa a los y las aspirantes a posiciones electivas. Quizás el presente texto les ayude a tomar decisiones.
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Las uninominales, son aquellas candidaturas de nominación única, Presidencial/vice, Senatorial, Diputaciones, Alcaldes/vicealcalde, Directores/subdirectores de Distritos. En el caso de las candidaturas presidencial, alcaldes y directores, aunque llevan consigo las figuras de vicepresidente, vicealcalde y subdirectores, siguen siendo de nominación única dado que mantienen el carácter de indivisibles, en términos más llanos, no se aspira a vice, sino más bien se acompaña la boleta, así pues, es una sola candidatura. Por lo anterior es imposible que gane el presidente de un partido y el vice de otro, este es el carácter de indivisibles que tienen las candidaturas. Pero esta no es la única característica que le hacen uninominal sino también el hecho de que cada partido postula una única propuesta para cada puesto, al contrario que en otros casos.
Otra característica e que, a excepción de la presidencia, en la cual se necesita una mayoría especial, 50% más un voto para ganar las elecciones, las demás candidaturas del grupo de las uninominales se ganan con mayoría simple, basta contar un voto más que el competidor para ganarla, sin importar los porcentajes. Esta diferencia cuando se analiza a la luz de las estrategias y los números nos enseña que, en el nivel presidencial a quien este optando por una reelección, no les es favorable ser enfrentado por dos adversarios potables, dado que dividir los votos entre tres hace más probable la necesidad de una segunda vuelta, esto en una eventual coyuntura de tres candidaturas fuertes, es por esto que las alianzas a nivel presidencial siempre se plantea su discusión en caso de una coyuntura de segunda vuelta y no para las elecciones ordinarias.
En los niveles de elecciones de senaduría y alcaldía, el análisis es totalmente inverso, si un alcalde o senador se presenta a una repostulación le conviene la existencia de dos o más postulaciones. Quienes dan seguimiento a estadísticas electorales y campañas política, saben de la existencia de prácticamente un consenso sobre la tesis de que, quien está en el gobierno y va a unas elecciones su campaña parte de una aprobación que oscila entre el 30% y el 35% de la intención de voto. Esta tesis se explica sobre la base de que, quien está en el gobierno maneja la nómina publica, los planes sociales y los subsidios, eso permite tener un nicho cautivo que ronda dichos porcentajes.
Partiendo de lo anterior, en toda provincia o municipio donde los partidos de oposición presenten candidaturas separadas a senadores y alcaldes ganaría el candidato del oficialismo por mayoría minina, puede haber excepciones, pero esa es la regla que la experiencia ha dictado. El candidato oficial inicia su campaña con un nicho de 30 a 35%, por lo cual le es fácil llegar al 40% o 45%, en los primeros momentos de la campaña, si corren 3 candidatos de partidos mayoritarios, el resultado es que, los otros dos lucharan por restante de un 55 o 60% de los votos, así pierden por la mínima. De ahí la importancia para la oposición de establecer estrategias de alianzas y coaliciones en estos niveles de elección.
Las plurinominales, son aquellas candidaturas que se presentan en listas, unas son abiertas y desbloqueadas, en las cuales se aplica como característica fundamental el voto preferencial y otras son en listas cerradas donde se aplica el voto por acumulación, ejemplo de las primeras son las candidaturas a diputados y regidores por circunscripción los primeros a nivel provincial y los segundos a nivel municipal, lo mismo aplica a vocalías de Distritos Municipales. En listas cerradas tenemos los diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN), los mismos son electos mediante votos proporcional del nivel de elección de Senadores, estos a partir de 200 mil votos, del total de votos de un partido o coalición de partidos.
En las candidaturas plurinominales se aplica el voto preferencial, esto significa que cada partido tiene la posibilidad de postular una lista de candidatos y candidatas con la misma cantidad de número de curules que existan en una circunscripción, de estos el elector tiene la posibilidad de elegir uno de su preferencia, esto actualmente sucede en tres niveles de elección que son diputados, regidores y vocales.
En estas candidaturas para determinar los y las ganadoras se utiliza el método de proporcionalidad de D’HONT, esta fórmula divide los escaños utilizando una tabla con tantas columnas como número de escaños a distribuir, completando cada columna con el número de votos de cada candidatura dividido por 1, 2, 3…, iniciando con el coeficiente más alto y siguiendo en orden decreciente hasta completar la asignación. Al utilizar este método junto al voto preferencial este método produce que se establezcan dos niveles de competencia para ganar una curul, el primer nivel de competencia se da de partido a partido, ya que en términos generales solo los tres partidos más grandes alcanzaran curules y luego la competencia se produce entre los postulantes de un mismo partido por alcanzar la mayoría en el orden preferencial.
Esta realidad hace poco atractivo para los partidos mayoritarios establecer alianzas en estos niveles de elección, sobre todo en el nivel de diputados, también hace poco probable que partidos pequeños alcancen curules si participan sin alianzas en las elecciones, dado que el método de D’HONT, está diseñado para dividir siempre entre 3, donde se cuentan más de 4 curules y entre dos, en aquellas circunscripciones donde existen menos 4. Claro está existen excepciones a la regla, pero son mínimas las posibilidades.
Ejemplo de lo anterior, por una realidad demográfica en el año 2020 en las elecciones de diputados, 12 provincias las llamadas unicircunscricionales, elegían a razón de 2 diputados, y otras 7 provincias a razón de 3 diputados, completando 19 provincias en las cuales solo dos de los principales partidos ganarían todas las curules. Cuando revisamos los resultados en esas provincias nos encontramos con que, de las primeras doce que suman 24 curules, el PRM obtuvo 12 diputaciones, a razón de uno por provincia, el PLD obtuvo 10 diputados y el PRD, desplazó al PLD en dos de esas provincias obteniendo dos curules. En el restante 7 provincias, que eligen de 3 diputados, el PMR ganó dos curules en cada una, sumando 14 diputados y el PLD se quedó con 7 a razón de uno por cada provincia.
Estas son realidades necesarias de estudiar para quienes están en política, para comprender la dinámica de los diferentes niveles de elección, así como el comportamiento de los partidos y líderes sobre el tema de las alianzas electorales, la necesidad de las mimas y a partir de cuales criterios y niveles de elección se podrían producir alianza dependiendo la correlación de fuerzas entre los partidos y los bloques de alianzas que se pudieran gestar, el análisis alcanza para un acercamiento a la configuración y potabilidad de posibles postulaciones.