En el año 1960 muchísimos jóvenes dominicanos oíamos los discursos de Fidel Castro. Teníamos que meter una oreja en la bocina del receptor de radio y bajar todo lo posible el volumen del sonido. Los automóviles “Volkswagen” – llamados “cepillos” por tener líneas semejantes a las de un “rascador” de hielo-, recorrían las calles con agentes de seguridad del Estado, el temible SIM, Servicio de Inteligencia Militar de Trujillo. Los “calieses” rondaban las calles donde vivían “jóvenes revoltosos”, capaces de escuchar las arengas políticas del guerrillero cubano triunfante. En Cuba ya no estaba el dictador Fulgencio Batista. Soñábamos con que ocurriera lo mismo con Trujillo. Batista, una vez derrocado, vino a parar a la RD.
Anastasio Somoza, dictador de Nicaragua, había sido baleado en 1956. Su hijo, de igual nombre, le sucedió al frente del gobierno. Somoza padre, al igual que Trujillo, mandaba la Guardia Nacional, órgano policial que establecieron los norteamericanos durante la ocupación de Nicaragua. Fidel Castro había intentado librarnos de Trujillo incorporándose a la expedición de Cayo Confites en 1947. No queríamos gobiernos tiránicos; Fidel Castro era “un derrocador” de dictadores, luchador político desde la época estudiantil. ¡Cómo no íbamos a escuchar sus discursos ! Aquellos interminables discursos mencionaban las “injusticias sociales” y abogaban por un mejor “reparto de la riqueza”; también por el fin de los abusos de los dictadores en América Latina.
Ningún joven de aquellos tiempos podía suponer que Fidel Castro estaría en el poder 26 años más que Trujillo. En Nicaragua la dictadura de Somoza hijo continuó, como penosa herencia política de las intervenciones extranjeras. Los dictadores, cubanos y nicaragüenses, eran anticomunistas; Fidel Castro fue un aliado de la Unión Soviética y “parasitó” de ella durante mucho tiempo. Pocos reyes de la casa Habsburgo estuvieron cincuenta años en el poder.
El tiempo transcurrido envejeció aquellos jóvenes ingenuos de los años sesenta; en Cuba, muerto Fidel, se mantiene una dictadura político-militar; un solo partido determina la marcha de los asuntos sociales y económicos. En Nicaragua gobierna hoy Daniel Ortega; ha gobernado, primero once años, 1979-1990; y es presidente desde el 2007, reelegido en 2011 y en 2016. ¿ Habrá que preguntar al “boca dura” de Donald Trump si son dictaduras o democracias?