De primavera, de felicidad y de poetas

De primavera, de felicidad y de poetas

José Silié Ruiz

El pasado domingo se inició el hermoso equinoccio de la primavera, por igual el mismo 20 se celebró el Día Internacional de la Felicidad y el lunes 21 celebramos el Día internacional de la Poesía. Todas estas conmemoraciones son las razones de este conversatorio, el “conversar”, sobre este bello tiempo y así aprovechar para darle un abrazo fraterno a todos los poetas del país. En este tiempo en que los días se hacen más largos y las noches se acortan, donde la flora brota nuevamente y los árboles comienzan a dar frutos, se presenta la floración de numerosas plantas y las temperaturas se tornan agradables.

Al igual que la luna cambia las mareas, del mismo modo esta estación influye en el cerebro humano. La talentosa periodista del Listín Diario Deyanira Polanco me entrevistó para que yo le expresara mis puntos de vista sobre cómo el cerebro humano percibe este tiempo de colores refulgentes que ha sido musa de inspiración para múltiples autores y en verdad tiene un impacto en el cerebro humano, que da sensación de placer y bienestar. Más allá de las flores, de los árboles frondosos y la tierra más fértil, en el hombre y la mujer hay más sensación de felicidad y aumento de la libido.

Creo que esta estación, este inicio de la primavera debe ser aceptado como una especie de renacimiento, de regocijo, porque es la naturaleza misma la que nos sonríe con sus verdores y policromasia, con todo su esplendor y yo creo que sí debemos volver a sonreír.

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Es tiempo de que las mascarillas sonrían, que solo no sean los ojos los que expresen nuestro regocijo, sino también con el corazón, alegrarnos con el cerebro mismo para que el núcleo accumbens, nuestro sistema límbico y los ganglios basales cerebrales se inunden de dopamina, serotonina, endorfinas y oxitocina.

Citamos la poesía, de la neuróloga y fina poetisa Elidenia Velásquez de su más reciente producción “Sabor a mujer»: «Verte llegar. Amándote desorbitamente sin miedo ni perjuicios sin dudas ni certeza, solo amando tu piel, el roce de tus manos, la luz de tus ojos, la muesca de tus labios cual alondras libres en el firmamento…Me gusta sentir tu silencio, tu fragancia a primavera germinando las flores del huerto escondido en los linderos del edén perdido».

Luchemos por ser felices, los momentos de plena felicidad están medidos en el cerebro por la serotonina y sabemos que a diferencia de las alegrías que produce el puro placer, pues estos están mediados por la dopamina. Sabemos que la felicidad es de mayor acción, es más permanente. Es etérea, quiere decir que es intangible, poco definible y a su vez muy sutil, casi sublime. La logramos mejor cuando les damos a los demás, es decir, que al darnos logramos más felicidad. Se disfruta más junto a los otros, el placer se puede disfrutar solo pero no la felicidad, esa que en este tiempo multicolor compartámosla, desde brindar una sonrisa hasta un gesto de amor.

La “felicidad” no la logra ninguna sustancia, estas últimas dan placer (alcohol, drogas, etc.) pero no nos dan felicidad, por eso nadie se hecho adicto a la felicidad. No olvidemos las 5 «íes» de la felicidad: intrínseca, individual, intransferible, innegociable, e indefinible. Toda acción humana sobre este mundo terrenal obedece a una energía cósmica, somos energía y muy por el contrario de la “depresión invernal”, hoy con estas alegres tonalidades primaverales que cambian nuestras energías interiores, disfrutemos, seamos más felices.

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