Cuando semanas después de nacido, el bebé finalmente esboza una sonrisa, sus agotados padres se derriten. Muchos lo pueden interpretar como un acto reflejo, pero en realidad no es así. Si se escucha la risa de un bebé, uno no puede sino concluir que entienden la broma.
El doctor Caspar Addyman, investigador de la carcajada del bebé de la Universidad de Londres en Birkbeck, lleva más de cinco años estudiando la risa de los bebés desde su laboratorio y a partir de encuestas por internet a miles de padres de todo el mundo.
Addyman llegó a la conclusión de que los pequeños entienden el chiste.
«Uno no se ríe si no entiende la gracia. Cuando los bebés se ríen de algo, quiere decir que hay algo que comprenden del mundo», le explica al programa Health Check de la BBC.
El experto sabe que esto no es algo fácil de probar en un laboratorio; «pero creo que una de los aspectos clave y mejores de los bebés es su alegría y asombro por el mundo, razón por la cual creemos que debemos incluirlo en la investigación».
En internet hay un video viral sobre un bebé riendo a carcajadas cuando su padre rasga un papel. Una acción que para uno es normal o irrelevante, para el pequeño es de lo más gracioso.
«Esto se debe al elemento sorpresa, a lo inusual», explica Adyman. «Aquí tuvimos un padre con un bebé de tan sólo tres meses que se rió de lo mismo, es probablemente el bebé más pequeño del mundo -que sepamos- que se haya reído de esto».
Addyman y su equipo han procesado las respuestas de unos 1.400 padres de todo el mundo sobre quién hace reír a sus bebés y qué los hace reír más.
Primero cosquillas. Y pareciera que, como durante tanto tiempo han insistido los padres, la risa empieza mucho antes de lo que la mayoría de los psicólogos piensan.
El sentido del humor del bebé se va desarrollando en la medida que son más conscientes del mundo.
«Pienso que los padres son los que mejor saben si su hijo se está sonriendo o si sólo se trata de un acto reflejo», comenta el experto.
«Las sonrisas se manifiestan desde el primer o segundo mes de nacidos», señala Addyman. «La risa aparece poco después».
Este doctor considera que las cosas de las que se ríen los bebés parecen tener que ver con lo que entienden del mundo.
«Así que para los muy pequeños, son sólo sensaciones físicas», agrega Addyman. «Obviamente las cosquillas son un punto de partida».
«Poner a los bebés de cabeza parece ser una buena forma de hacerlos reír», continúa. «Y en la medida que crecen, aumenta el nivel de sofisticación (del sentido del humor)».
Así, lo siguiente es la sorpresa, que empieza a ser una parte clave de la risa. «Solo cuando tienen de 8 a 12 meses es que entienden lo suficiente del mundo como para detectar cuándo las cosas no son lo que parece».
Ejemplo de ello es cuando la mamá cambia la voz a tonos más infantiles, o el papá se pone un sombrero ridículo. «Estas acciones solo se hacen graciosas cuando el bebé está lo suficientemente seguro de los cimientos de su mundo».
«Es muy difícil hacer que los niños rían en el laboratorio, debido a que cada bebé es distinto y la risa es parte de su relación con el mundo».