República Dominicana ha sido impactada en las últimas décadas por grandes casos de narcotráfico que, por su estructura y ramificaciones, quedan sellados en el imaginario de los dominicanos junto a quienes fueron sus principales cabecillas.
Aunque el reciente caso Operación Falcón, que vincula a políticos, exfuncionarios y otros con el narco y lavado de activos, en el país no se olvidan casos como los de José Figueroa Agosto, César el Abusador, Toño Leña, Arturo del Tiempo, Winston Rizik Rodríguez y, por supuesto, Quirino Ernesto Paulino Castillo.
Este último, considerado uno de los más relevantes que irrumpió en el siglo 21 con todo su poderío, ocupó la atención nacional y copó las principales páginas de los periódicos impresos nacionales, y las imágenes televisivas.
El también excapitán del Ejército, nacido en la provincia Elías Piña, fue sometido por el decomiso el 18 de diciembre de 2004 , de un alijo de 1,387 kilos de cocaína en una operación conjunto de la DNCD, de República Dominicana, y la DEA de Estados Unidos. Como la mayoría, fue vinculado a altos dirigentes políticos para su protección.
Tras su apresamiento, fue extraditado a los Estados Unidos por autorización de la Cámara Penal de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), por cargos de conspiración para introducir el citado cargamento de cocaína trasladada para entonces por Tirso Cuevas Nin junto al excoronel Lidio Arturo Nin Terrero, jefe de la cárcel del 15 de Azua.
Paulino Castillo fue liberado en enero de 2014 por la jueza Kimba Wood, luego de cumplir una condena de 10 años de prisión en EEUU. Lo miso ocurrió con Lidio Nin Terrero, Tirso Cuevas Nin y otros.
Pero si se trata de grandes narcotraficantes, le sigue al anterior (encabezado por Quirino) el caso del poderoso narcotraficante José David Figuero Agosto (Junior Cápsula), un puertorriqueño que se radicó en el país por varios años para elevar su estructura delictiva a dimensiones no imaginadas.
La desarticulación de esta estructura, a diferencia de la actual y la del caso Quirino, implicó asesinatos como el excoronel José Amado González y González.
También el del empresario Rubén Soto Hayet, propietario del reconocido restaurante La Francesa, en la Abraham Lincoln y padrastro de Madelin Bernard, viuda del asesinado excoronel. Lo mismo sucedió con Vianesa Cesarina Capellán Pérez (Vianca la Gorda) la cual, según revelaciones del momento, era conocida las altas esferas sociales por dedicarse al tráfico sexual.
La dimensión de la estructura criminal de Figueroa Agosto se definió en su momento tan poderosa que poseía cinco nombres dominicanos y dos puertorriqueños, y dentro de la red de narco, pertenecía a la banda de Ángel Ayala Vásquez (Ángelo). De este caso se popularizaron hombres como el de Sobeida Félix, pareja sentimental del narco.
Además, fue mencionado como protegido por estamentos militares, policiales y de inteligencia, al figurar supuestamente con un carnet de la Departamento Nacional de Investigaciones (DNI).
Figueroa Agosto escapó del país y fue apresado en Saturce, Puerto Rico, por agentes de la Agencia Federal Antidrogas (DEA), en momentos en que transitaba como un ciudadano normal. Cumplió condena en Estados Unidos y fue liberado en 2020, según reportes para entonces del portal web del Buró Federal de Prisiones.
Como es de esperarse en estas estructuras delictivas, Figuero Agosto no trabajaba solo en República Dominicana. Tras su caso, salió a relucir por parte de las autoridades el nombre de Ramón del Rosario Puente, mejor conocido como Toñó Leña, quien supuestamente era clave en la red del puertorriqueño.
Toño Leña, acusado de haber introducido a Puerto Rico más de 20 mil kilos de cocaína, fue apresado en el aeropuerto de Bogotá, Colombia, el 30 de abril del 2018, y luego extraditado a Estados Unidos por cargos de haber introducido varios cargamentos de cocaína que tuvieron como destino Miami.
Trascendió que el narcotraficante llegó a un acuerdo de delación con las autoridades de ese país por sus vínculos con la red dirigida por el puertorriqueño Figueroa Agosto.
Mientras que en hechos más recientes toma el escenario dominicano el presunto narcotraficante César Emilio Peralta, conocido por el mote de César el Abusador, quien fue capturado en diciembre del 2019 en Colombia.
La importancia de este narco y su estructura criminal, llevó a al Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos a ofrecer una recompensa de 100 mil dólares por información que diera con su captura, por sus vínculos con al tráfico de drogas en República Dominicana, Colombia, Venezuela, Estados Unidos y Puerto Rico.
Su búsqueda en República Dominicana inició en agosto del 2019, cuando las autoridades de la Procuraduría en conjunto con otros organismos, ejecutaron un operativos sorpresas en unos 40 lugares, entre los cuales figuran discotecas, apartamentos y otros.