NUEVA YORK. Bill Cosby, el famoso actor televisivo estadounidense cuyo juicio comienza en Pensilvania el lunes próximo, es el último de una larga lista de celebridades acusadas ante la justicia de delitos sexuales.
Si bien la carrera de las personalidades demandadas se ha visto golpeada, o al menos seriamente afectada, las acusaciones son muchas veces difíciles de probar y las condenas no son tan frecuentes. Estos son cinco casos que han dado la vuelta al mundo:
DOMINIQUE STRAUSS-KAHN: el 14 de mayo de 2011, el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), favorito en los sondeos entre los posibles candidatos socialistas a la presidencia francesa en 2012, hizo una escala en Nueva York antes de viajar a Francia.
Una mucama de origen guineano que trabajaba en el Sofitel de Manhattan, Nafissatou Diallo, de 32 años, lo acusó de intento de violación.
Unos días más tarde, renunció al FMI. El ascenso de este exministro francés de Finanzas se frenó, aunque la fiscalía de Nueva York finalmente desistió de demandarlo tras estimar que la víctima hizo un relato errado de la agresión sexual.
Paralelamente se inició una demanda civil que concluyó con un acuerdo financiero entre ambas partes, de contenido confidencial.
En 2015, Strauss-Khan fue declarado inocente de acusaciones de proxenetismo agravado tras el juicio del hotel Carlton de Lille, Francia.
La acusación lo presentaba como el principal beneficiario e instigador de veladas libertinas en París y Washington.
ROMAN POLANSKI: las acusaciones de violación de una menor de 13 años contra el cineasta, célebre por sus películas «El bebé de Rosemary», «Tess» o más recientemente «El pianista» que le valió una Palma de Oro en Cannes en 2002, son objeto de una verdadera saga desde hace 40 años.
Las acusaciones le impiden regresar a Estados Unidos, donde vivía en 1977, cuando se produjo el hecho, y obstaculizan sus desplazamientos. Pero Polanski sigue trabajando.
El cineasta admitió haber tenido una relación sexual con la menor y pasó 42 días en prisión, antes de ser liberado bajo fianza y huir de Estados Unidos por temor a una sentencia más fuerte pese a un acuerdo amistoso que preveía que solo pasaría esos 42 días en la cárcel.
El director de 83 años fue varias veces arrestado en el extranjero: en Suiza en 2009, luego en Polonia en 2014, aunque cada vez fue liberado. En abril, un juez estadounidense rechazó su pedido de viajar a Estados Unidos sin ser detenido.
MICHAEL JACKSON: el «rey del pop», fallecido en 2009 a los 50 años, fue sospechoso durante años de abusos sexuales a niños, lo cual en parte arruinó su carrera, aunque nunca fue condenado. En 1993, un niño de 13 años lo acusó de agresiones sexuales repetidas.
Un año más tarde, los fiscales de California anunciaron que no lo inculparían porque la víctima principal no quería atestiguar. Pero se inició un proceso civil que terminó en 2004 con Jackson desembolsando 25 millones de dólares.
En 2003, tras revelar en un documental que muchas veces compartía su cama con niños, el autor de «Thriller» fue acusado de siete cargos de agresión sexual de menores.
Se declaró no culpable y fue absuelto en 2005, tras abandonar su célebre hogar de Neverland. En 2016, Jackson fue según la revista Forbes el artista fallecido más «rentable», obteniendo 825 millones de dólares para sus herederos.
JIMMY SAVILE: las acusaciones contra este conductor estrella de la BBC recién salieron a la luz tras su muerte, en 2011, a los 84 años. Una investigación reveló que abusó sexualmente de personas de 8 a 47 años durante más de medio siglo, con total impunidad.
La exestrella de los años 70 y 80, de estilo excéntrico, que presentaba un programa para niños y estaba involucrado en varias obras caritativas, cometió los abusos en las instalaciones de la BBC y también en escuelas y hospitales, según la investigación.
La fiscalía lanzó acusaciones poco antes de su muerte, en 2009, pero las abandonó pese a varias denuncias recibidas por la policía. El caso manchó la reputación de la BBC y llevó a la renuncia de su director general George Entwistle.
MOSHE KATSAV: El expresidente israelí se vio obligado a renunciar en 2007, luego de acusaciones de violación de una empleada del ministerio de Turismo que antes había estado bajo su égida y de acoso sexual de otras dos empleadas de su residencia cuando era presidente.
Pese a que aseguraba ser inocente, fue condenado a siete años de cárcel en 2011. Fue liberado al cabo de cinco años, en 2016, a los 70 años.