“Debemos reflejar amor en todo lo que hacemos”

“Debemos reflejar amor en todo lo que hacemos”

Llegar a la biblioteca donde haríamos la entrevista fue una experiencia poco usual y muy divertida. Una vez vieron a Angie las niñas internas en el Hogar Escuela Doña Chucha, quienes estaban en recreo, corrieron a abrazarla.

¡Angie, Angie!, gritaban las pequeñas, mientras la joven psicóloga atravesaba el patio de juegos. La alegría de los niños y sus gritos de emoción llegaban al piso donde la joven egresada magna cum laude de la licenciatura en Psicología Clínica de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) nos contaba cómo ha sido su vida y qué la llevó a dedicar su trabajo a ayudar a adolescentes y niños.
Angie Carolina Jiménez Camacho emigró del pueblo Los Camacho, en la provincia Espaillat, al Barrio de Mejoramiento Social del Distrito Nacional, cerca de sectores con mucha vulnerabilidad social, donde vio a niños vinculados a la delincuencia, la prostitución y las drogas.

Esa realidad la llevó, a los 12 años, a involucrarse en actividades sociales y de formación humana desde la Iglesia en la familia salesiana. Trabajó en La Ciénaga, La Fuente, El Caliche y otras comunidades.
“Hubo personas que vieron en mí cualidades y me pusieron como líder de muchos proyectos. Recuerdo que cerca de la parroquia donde me congregaba había unos niños que hacían pequeños robos en las calles y diseñamos un proyecto para sacarlos de ese mundo”, explica la joven.

Su vinculación a la Iglesia y su trabajo con niños y adolescentes en situaciones de riesgo la llevó al Hogar Escuela Doña Chucha. Primero era la encargada de la ludoteca y tras graduarse asumió la dirección del área pedagógica.

“Me encargo del acompañamiento y la formación extracurricular de las niñas que viven en el hogar y de los educadores. Siempre me enfoco en las niñas que tienen dificultades de aprendizaje. Soy como el enlace entre el hogar y la escuela”, detalla la risueña Angie.

En honor a Salomé Ureña de Henríquez, fundó el Circulo de Literatura ‘El ave y el nido’, en el que ha logrado que las internas sientan pasión por la lectura y desarrollen su vena artística a través de la poesía, arte en el que se destaca la psicóloga.

Hace tres años realiza un concurso de lectura en el que las niñas producen contenido y reciben visitas de escritores o participan de espacios literarios fuera de la escuela.

“Dicen que a los niños no les gusta leer, pero mi experiencia es otra, pienso que a veces los adultos somos lo que le quitamos a los niños el interés. A mí me vuelven loca solicitándome libros”, precisa.

Las actividades van desde talleres de escritura, de ortografía y de poemas hasta visitas a las bibliotecas Nacional Pedro Henríquez Ureña e Infantil y Juvenil República Dominicana, cuando realizan eventos vinculados a la literatura infantil. “Ahora quiero desarrollar un programa intensivo, pero debo de ir al ritmo de las niñas, para lograr el éxito”.

Satisfacción. La joven Angie empezó a trabajar hace cinco años en el Hogar Escuela Doña Chucha y su mayor satisfacción ha sido experimentar junto a las niñas un cambio de vida.
“Cuando tú haces una buena intervención psicológica, educativa y con la familia puedes cambiar con pequeñas cosas la realidad de muchas niñas”, afirma.

Relata que en el hogar ha visto llegar pequeñas a las que se les dificultaba incluso abrazar. “Aquí con el amor, uno puede ver que niñas a las que les costaba sonreír hoy te expresan cariño. Sentir que me quieren es gratificante”, dice con los ojos nublados.

Indica que parte de los problemas que manifiestan los niños vienen de situaciones familiares. “Cuando uno se gana los muchachos ellos siempre te respetarán; yo me río porque soy la que soluciono los conflictos complejos”, cuenta.

Estudios. Angie estudió un bachillerato técnico en Administración y comercio, mención Contabilidad y Gestión administrativa en el liceo Unión Panamericana. Por eso, al ingresar a la UASD se matriculó en la licenciatura en Administración de Empresas, carrera de la que desertó porque entendió que su vocación es ayudar a las personas.

Por un tiempo practicó gimnasia- fue compañera de Yamilet Peña Abreu- pero tuvo que dejarla por una lesión que no superó.

Actualmente forma parte del Círculo Literario El Aleph. Su poesía ha sido publicada en algunas revistas literarias y tiene en planes escribir un libro.
Angie Carolina tiene 25 años y ya contrajo matrimonio. Antes de convertirse en madre aspira a realizar una maestría en desarrollo humano o psicología de la educación.