Cinco días de apagón informativo en Facebook Australia y los acuerdos individuales que medios de todo el mundo están alcanzando con las plataformas de internet han situado en el centro del debate la pregunta sobre si Google y Facebook deben pagar por las noticias que aparecen en ellos. La discusión viene de lejos y es una guerra que se va librando capítulo a capítulo en distintas partes del planeta -tras Australia, todo apunta a que la Unión Europea será el escenario de la próxima batalla-, en el centro de la cual está la propiedad intelectual de las noticias y el cambio en los hábitos de consumo.
ACUERDOS INDIVIDUALES CON LOS MEDIOS
La manera en la que se desarrolló el caso australiano sirve de modelo- los grandes medios del país presionan a los políticos, que impulsan una nueva ley que obliga a las plataformas de internet a pagar, estas se rebelan de forma sonada -el bloqueo informativo de Facebook- y finalmente llegan a acuerdos individuales con los medios.
Así, justo una semana antes de que el Parlamento de Australia aprobara la ley que obliga a Google y Facebook a pagar a los medios por contenidos, la empresa del buscador llegó a un acuerdo individual con News Corporation, del magnate australiano de la comunicación Rupert Murdoch. Y justo un día después de que se aprobara la ley, el pasado 25 de febrero, fue la red social la que alcanzó arreglos individuales con tres editores de medios de comunicación del país para pagarles por la publicación de contenidos.
Todos estos acuerdos son privados y no han trascendido las cuantías que se pagarán a los medios, pero, según los detalles filtrados a la prensa, todo indica que se trata de paquetes cerrados de dinero y no de un porcentaje de los ingresos por publicidad, como reclaman muchas de las firmas editoras.
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LA EXCEPCIÓN A LA PROPIEDAD INTELECTUAL
Todas estas disputas entre plataformas y medios emanan del conflicto entre la propiedad intelectual de las empresas periodísticas y dos de los pilares del funcionamiento de internet- la libre circulación de información y el intercambio de enlaces. “Los derechos de autor existen sobre el texto, pero no sobre los hechos”, explica en una entrevista con Efe Mark Bartholomew, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Buffalo (EE.UU.) especializado en propiedad intelectual e internet.
“Como la información se supone que debe ser compartida y diseminada de forma gratuita, las cortes mantienen una actitud bastante generosa y solo consideran una violación de los derechos de autor el copiar la historia palabra por palabra”, añade.
Ahí radica precisamente el fondo de la cuestión- cuando un usuario comparte un enlace a una noticia en Facebook, lo que se muestra en la mayoría de casos es el titular y los primeros párrafos, pero no la totalidad del texto. Lo mismo ocurre en el caso de Google cuando un usuario realiza una búsqueda concreta- en la página de resultados podrá ver únicamente un extracto del contenido.
UN SUCULENTO BOTÍN
Si la propiedad intelectual constituye el esqueleto del conflicto, la carne la ponen los recientes cambios en los hábitos de consumo de noticias por parte de los usuarios- en EE.UU., por ejemplo, el 86 % accede a noticias a través de medios digitales, mientras que solo un 68 % se informa por televisión. “Hace pocos años, la televisión todavía llegaba a tanta gente como los dispositivos digitales, pero ahora ya no, ahora los dispositivos llegan a mucha más gente que la televisión y que cualquier otro medio”, dice a Efe la directora de Investigación sobre Periodismo en el centro de pensamiento Pew Research, Amy Mitchell.
“Cuando una persona accede a una noticia a través de un enlace, por ejemplo en las redes sociales o en un e-mail, su capacidad posterior para recordar qué medio publicó la historia se reduce a la mitad, en comparación con aquellos que accedieron directamente al portal de noticias”, concluye Mitchell.