Vamos a estar claros. La única razón que justifica la “decisión estratégica” de no volver a postular a Faride Raful como candidata a la senaduría del Distrito Nacional es que la dirección del PRM y su líder, el presidente Luis Abinader, estén convencidos de que con ella no ganarían esa emblemática plaza electoral.
Y la única manera de que pudieran llegar a esa conclusión es habiendo medido, con diferentes encuestas, su posicionamiento, como señala el runrún que recorre por lo bajo al partido oficial, que no puede permitirse el error político de reconocer públicamente que una de las legisladoras más votadas en las pasadas elecciones no pasó la prueba de las encuestas.
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Ese silencio es lo que explica que se hayan convertido un “misterio” las razones por las que Faride Raful no repetirá en su boleta, que se haya tomado la decisión de llevar a otro candidato, que según distintas versiones, ninguna de ellas desmentida por la dirección del PRM, sería el doctor Guillermo Moreno, presidente de Alianza País.
Pero el anuncio oficial se ha tardado más de lo conveniente, con lo que se está perdiendo un tiempo valioso con unas elecciones que están a la vuelta de unos meses, lo que tampoco se entiende muy bien ya que eso es algo que no ignoran los estrategas del oficialismo. Que, dicho sea de pasada, están asumiendo una responsabilidad enorme si como señala el rumor público Moreno es finalmente el elegido, pues no son pocos los que dudan que pueda aportarle más votos que la actual senadora de la Capital.
Escuché decir por televisión a un aliado del PRM que Faride descuidó a los sectores populares y le prestó más atención a su trabajo en la televisión, pero se sabe que el tres veces candidato presidencial de Alianza País solo sale de su cueva cada cuatro años, cuando hay elecciones, y de ahí la baja votación que ha obtenido en cada uno de los certámenes en que ha participado. ¿Ahora pueden ser diferentes los resultados tratándose del mismo candidato?