En el mundo, fuman unas 1.300 millones de personas, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los fumadores y quienes los rodean e inhalan el humo de sus cigarrillos tienen mayor riesgo de sufrir cardiopatías, enfermedades respiratorias, oncológicas y cerebrovasculares. Sin embargo, aunque millones lo intentan cada año, el tabaquismo es una adicción difícil de abandonar.
La buena noticia es que, algunos de los beneficios, son casi inmediatos: se recupera el olfato y el gusto, aumenta la capacidad respiratoria, se reduce el cansancio, es más fácil conciliar el sueño y mejora la circulación. Además disminuyen todos los riesgos de desarrollar enfermedades severas.
“Desde el inicio de la pandemia, muchas personas fumadoras intentaron dejar de fumar o reducir el consumo de cigarrillos y muchos pacientes recurrieron a diferentes métodos o formas para reducir el riesgo de contagio de COVID-19″, sostuvo el doctor Guillermo Espinosa, coordinador del Grupo Antitabaquismo del Hospital Italiano (GRANTAHI).
Cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco para sensibilizar y movilizar a quienes fuman y buscan ayuda para dejar de hacerlo. “Se puede dejar de fumar, individualmente o con ayuda. No suele ser fácil, pero sí es algo que muchos pacientes logran. Salir de una adicción de muchos años genera una gran alegría y satisfacción. Hoy existen profesionales que pueden orientar y acompañar en el proceso de dejar de fumar”, remarcó Espinosa.
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Volver a consumir tabaco semanas o meses después de haber dejado la adicción es muy frecuente: “Aunque la tasa de fumadores viene en descenso en los últimos años, siguen siendo muchos y, lamentablemente, por situaciones que trajo la pandemia u otras, se observa una elevada tasa de recaídas en aquellos pacientes que habían logrado dejar de fumar”, agregó Espinosa, quien además es autor del libro Dejar de fumar de del hospital ediciones. El libro responde desde la ciencia a los mitos y creencias que giran alrededor del consumo de tabaco. Además, ofrece ejercicios y estrategias concretas para avanzar en el proceso de dejar de fumar.
Se estima que el 50% de los fumadores intentó dejar de fumar en el último tiempo. Sin apoyo médico y/o terapéutico para dejar la adicción, solo el 4% de los intentos funcionan, alertaron desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
Los especialistas del Hospital Italiano, destacaron la relevancia para la salud de abandonar el tabaco, tanto para personas que consumen unos pocos cigarrillos por día, como para quienes fuman con intensidad.
Los 6 beneficios de dejar de fumar:
- Se recupera el olfato, el gusto y de la capacidad física
- Mejora la circulación sanguínea
- Disminuye el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular (ACV)
- Se reduce el cansancio físico
- Disminuye el dolor en las piernas
- Mejora la autoestima y la calidad de vida
Tratamientos para dejar de fumar
No todos los métodos para abandonar el tabaco son efectivos y muchos de los productos que se comercializas ofrecen soluciones mágicas que hasta pueden ocasionar daños a la salud, como el cigarrillo electrónico. Para clarificar el escenario, 25 expertos de 13 sociedades médicas de la Argentina revisaron estudios científicos y elaboraron recomendaciones que el Ministerio de Salud de la Nación recopiló y publicó en la guía de práctica clínica de “Tratamiento de la adicción al tabaco”. Según los especialistas, hay 6 tratamientos farmacológicos eficaces para los mayores de 18 años que consumen entre 10 y 20 cigarrillos por día.
Cuatro de los 6 tratamientos eficaces para dejar de fumar se encuentran dentro del grupo de las terapias de reemplazo de nicotina. Consisten en aportar nicotina en forma de goma de mascar (chicles), parches, spray nasales, y grageas (o comprimidos dispersables de nicotina). Muchos estudios científicos han demostrado que usar la terapia de reemplazo de nicotina puede casi duplicar las probabilidades de dejar de fumar exitosamente.
En el caso del parche de nicotina, se recomienda su uso durante 8 a 12 semanas desde la fecha para dejar de fumar, es decir, el “día D”, ya que aumenta la tasa de cesación. Es de venta libre. En tanto, el chicle de nicotina es una dosis de 2 miligramos que se puede usar durante 8 a 12 semanas y es de venta libre. Antes de usarlo, recomiendan revisar el estado dental y si existen contraindicaciones para masticar chicles.
En cuanto a los comprimidos dispersables de nicotina, la dosis es 1 miligramo y de venta libre, y se lo puede recibir como tratamiento durante 8 a 12 semanas desde el “Día D”. Se los usa al dejar que se disuelvan en la boca.
En personas que fuman y tienen una alta dependencia, se sugiere el uso del espray nasal de nicotina en tratamientos de 12 semanas ya que es efectivo para aumentar la tasa de cesación. Se vende solo con receta médica. Se considera “alta dependencia” cuando las personas fuman de más de 20 cigarrillos por día o cuando se necesita fumar dentro de los primeros 30 minutos al despertarse por la mañana. Pero los expertos también señalaron que el spray se debe usar con precaución por el riesgo de desarrollo de dependencia.
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Además de las terapias de reemplazo de nicotina, hay otros dos fármacos que son eficaces en adultos que fuman más de 10 cigarrillos por día. Uno de ellos es el antidepresivo bupropión, que se debe usar en dosis de 150 o de 300 miligramos por día en tratamientos de 8 a 12 semanas. En este caso, el tratamiento se debe iniciar al menos una semana antes del “Día D” en el que se deja de fumar.
El sexto tratamiento con validez de eficacia -que cuenta con el consenso de los expertos- es la vareniclina, que se consume en dosis de 1 a 2 miligramos por día durante 12 semanas de tratamiento. Pero actualmente ese fármaco no está disponible en el mercado por un problema de contaminación de lotes de productos en los Estados Unidos, que hicieron que condujeron a cambios en los procesos productivos a nivel global. Se estima que la provisión de la vareniclina se normalizará durante los próximos meses.
El mito del cigarrillo electrónico
Existen más de 20 productos que se ofrecen o se promocionan para dejar de fumar pero que no tienen evidencia de eficacia. Uno de ellos es el cigarrillo electrónico que no es un tratamiento avalado para dejar de fumar.
“No se recomienda usar al cigarrillo electrónico para dejar de fumar porque implica el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar grave. No es efectivo para la cesación tabáquica”, subrayó el doctor Alejandro Videla, presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y jefe del Servicio de Neumonología y Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral. Videla fue uno de los expertos que elaboraron la guía del Ministerio de Salud de la Nación bajo la coordinación general de la médica Brunilda Casetta y la revisión general de Mario Virgolini y Graciela Abriata del Ministerio de Salud y Dolores Breit, del Hospital de Niños Pedro de Elizalde.
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Por un lado, si practican el vapeo, la persona persiste en la dependencia de la nicotina a través de un producto diferente al cigarrillo, remarcó el experto. Por otro lado, “aun cuando usen cigarrillos electrónicos sin nicotina, hay estudios que demuestran que los fabricantes sí les incluyen nicotina y mantienen la dependencia del comportamiento de fumar. El 80% de los usuarios de cigarrillos electrónicos son también consumidores de los cigarrillos convencionales”, resaltó.
En la guía, los expertos consideran que el uso de cigarrillos electrónicos se ha planteado como una estrategia de reducción de daño en comparación con los cigarrillos comunes. Pero alertaron: “Esta estrategia es altamente cuestionable dada la existencia de efectos adversos potencialmente mortales en personas jóvenes, existiendo la alternativa de cesación total y de tratamientos farmacológicos efectivos y seguros”.