Hay que saludar la celebración del concurso de oposición docente por parte del Ministerio de Educación. Es lo institucional. Es lo democrático. Es lo justo. En definitiva, es lo que dice la Ley de Educación y el Estatuto Docente.
El concurso se ha abierto para cubrir unas 15 mil vacantes que se estarán disputando aproximadamente 65,000 postulantes que aspiran a convertirse en las nuevas maestras y maestros, directores de centros, orientadores y psicólogos escolares del sistema preuniversitario de educación pública.
Hay grandes expectativas con el actual concurso y sus posibles resultados; ya que en el concurso del año 2019 se recordará que el 80% de los casi 50 mil concursantes de aquel entonces reprobó el examen.
Auguro éxitos a los poco más de 65,000 futuros colegas que participan en el concurso. Sin embargo, hay una pieza que falta en el engranaje del concurso: Los libros o manuales para que las y los concursantes se preparen efectivamente.
En Estados Unidos, donde resido y soy docente hace 16 años, cada primavera, los estudiantes ya están listos para tomar las pruebas estandarizadas en las escuelas de este país. El estudiantado estadounidense se prepara con meses de antelación con libros que ayudan en la preparación de los exámenes y evaluaciones. Ningún estudiante ni aspirante a ocupar un puesto laboral en los Estados Unidos osaría a tomar una prueba sin prepararse previamente con montones de libros que traen prácticas similares al examen que van a tomar. Tienen libros de preparación a la mano. Lo pueden conseguir en las bibliotecas o en las librerías. Incluso, hay compañías editoriales que publican estos manuales para prepararse para los más diversos exámenes. En EEUU, si quieres ser maestro, enfermera, traductor, bombero, policía u obtener un crédito universitario o entrar en una escuela privada: hay un examen estandarizado para ello. Estos libros incluyen explicaciones, estrategias, sugerencias y prácticas para estar adecuadamente preparado a la hora de tomar el examen.
Entonces, lo que es igual no es ventaja. Es fundamental que se produzcan en el país libros o manuales de preparación para los exámenes del concurso de oposición docente. Estos compendios deben cubrir las áreas de habilidades cognitivas generales y los Conocimientos Disciplinares y Pedagógicos que incluye el examen del concurso.
Incluso el mismo Ministerio de Educación, la ADP, EDUCA, las escuelas y facultades de Educación del país o algún profesor/a emprendedor o tal vez, alguna editorial independiente podrían producir estos manuales para prepararse para los exámenes del concurso de oposición.
Esto sería lo justo y pondría a todas y todos los aspirantes a maestros, maestras, directores, orientadores y psicólogos escolares en igualdad de oportunidades.
El que decide dedicar su vida al magisterio es generalmente una persona de principios y valores. No pongamos a nuestras futuras maestras, maestros, directores, orientadores y psicólogos escolares a hacer el ridículo. No se lo merecen. Lo justo sería ponerles al alcance los libros y manuales para su adecuada preparación para sus pruebas de oposición docente. Esto también es parte de la calidad de la educación.
Es un contra sentido lanzar a las nuevos y nuevas docentes a apagar un fuego sin las herramientas para apagarlo.–