Dentro de ti está el secreto

Dentro de ti está el secreto

Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta de aquellos que creas más exteriores y materiales. Dentro de ti está siempre el secreto: dentro de ti están todos los secretos. Aún para abrirte camino en la selva virgen, aún para levantar un muro, aún para tender un puente has de buscar antes, en ti, el secreto. Dentro de ti hay tendidos ya todos los puentes. Están cortadas dentro de ti las malezas y lianas que cierran los caminos. Todas las arquitecturas ya están levantadas dentro de ti. Pregunta al arquitecto escondido: él te dará sus fórmulas. Antes de ir a buscar el hacha de más filo, la piqueta más dura, la pala más resistente, entra en tu interior y pregunta… Y sabrás lo esencial de todos los problemas y se te enseñará la mejor de todas las fórmulas, y se te dará la más sólida de todas las herramientas. Y acertarás constantemente, pues que dentro de ti llevas la luz misteriosa de todos los secretos.
Amado Nervo

El poeta mexicano Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz, mejor conocido como Amado Nervo, nacido en Jalisco, hoy conocido como Nayarit, México, en 1870, murió muy joven, con apenas 49 años en Montevideo, Uruguay en 1919. Fue uno de los grandes intelectuales de la modernidad mexicana y latinoamericana. Escribió novelas, ensayos y poesías. Plenitud fue una de sus últimas obras. Y he decidido rescatarla en este momento de mi vida. Y al releerlo me di cuenta porqué apareció en mi memoria, y porqué sus palabras han sido tan importantes para mí.
Hice caso a mi lector que me pedía con energía que volviera a retomar a la Mu-Kien, la escritora de lo que siente, no tanto de lo que piensa. Y le doy gracias por el llamado de atención porque me ha hecho recuperar la pasión que siento al escribir estos encuentros en el que desnudo mi alma.
En septiembre del año 2015 celebré mis 60 años. Tenía dos años añorando su llegada. Lo celebré como pude. Lo primero que hice fue celebrar una misa oficiada por monseñor Agripino Núñez y concelebrada por el actual Rector, Reverendo Padre Alfredo de la Cruz. Quería dar gracias a Dios por todos los dones recibidos, incluso por el dolor y las lágrimas derramadas porque me hicieron más fuerte. Preparé una selección musical que regalé a mis amigos con las canciones que reflejan mi filosofía de vida, como la canción Recuento en la voz de Maridalia Hernández:
Caminando por las calles de la vida
Tropezando con angustias con desdichas
He aprendido a vivir
He aprendido a sentir
Con el corazón abierto a la esperanza
Con mi canto como arma de batalla
No me voy a rendir
Porque quiero seguir
Y he aprendido a reír y he aprendido a llorar
Y las cosas pasadas dejarlas atrás..
Me preguntaron por qué había titulado la compilación de canciones “Plenitud”, contesté como pude. Había colocado ese título sin pensarlo mucho. Pero desde la interrogación de la amiga me quedé pensando. ¿Por qué Plenitud? ¿Acaso soy una mujer plena? ¿Qué implica esa palabra?
Después de mucho reflexionar. Después de buscar en el interior de mi alma, me sentí conforme con el título de mi selección musical. Plenitud era el nombre perfecto. Me siento una mujer plena, más que plena.
Plenitud porque me acepto como soy. No soy perfecta, soy muy lejos de serlo. Sin embargo, es perfectísima mi imperfección porque me hace humana, en la maravillosa dimensión de saberme plena de virtudes, plena de defectos, plena de dudas, plena de certezas, plena de preguntas, plena de algunas, solo algunas respuestas a los miles de cuestionamientos que cada día llenan mis horas.
Plenitud porque he construido mi vida de acuerdo a mis decisiones. Soy la dueña y responsable absoluta de mis decisiones. No me arrepiento cuando no acerté. Los errores me hicieron pensar, llorar y retomar de nuevo el camino de la elección. Porque la vida es elección. Nunca sabes qué va a pasar al elegir. Solo el tiempo te marcará la pauta. El tiempo te dirá. El tiempo me ha dicho una y otra vez. He elegido, he errado, he acertado y he aprendido.
Plena, porque soy feliz de poder contar con un grupo familiar que me ha acompañado siempre, en los días malos y en los días buenos. Plena porque hemos podido rehacer a fuerza de amor incondicional nuestro núcleo familiar, con hijos nacidos del corazón y nietos maravillosos que han sido el mejor regalo del cielo. Ellos, con sus sonrisas, alegrías e inocencia me han hecho renacer la niña que llevo dentro. A su lado olvido mis inquietudes existenciales, mis preocupaciones intelectuales, y junto a ellos mi mundo completo se llena de ternura e inocencia.
Plena porque decidí conscientemente ser como soy, sin poses ni hipocresías. Plena porque decidí no hacer aquello que no siento o no quiero solo porque las leyes sociales lo imponen. Plena porque amo a mis amigos, ellos son la familia elegida.
Plena porque decidí ser feliz. La felicidad es una decisión, como lo es el amor. Ser feliz es aceptarme como soy. Ser feliz es aceptar la vida como llega. Soy feliz porque valoro lo que tengo, lo que he ganado con el esfuerzo y con el trabajo duro.
Plena sencillamente porque soy feliz de haber llegado a mis seis décadas de vida. Y sin saber cuántos años o días me quedan por vivir. Y cómo el término del camino es y será siempre una sorpresa, decidí disfrutar cada minuto, cada segundo como si fuera el último. Seguiré escribiendo, porque adoro sentir mis dedos moviéndose en el teclado para expresar en palabras escritas lo que siento o pienso. Seguiré hasta mi último aliento vinculada a la educación porque sigo creyendo en el milagro de la transformación social se sitúa en el maravilloso acto de educar, de formar a las futuras generaciones. Seguiré contemplando la luna, el sol, el mar, el viento, las flores, las aves, porque la naturaleza nos enseña la redención, a pesar del maltrato cotidiano. Seguiré con los míos, diciéndoles con palabras y hechos que los amo. Y seguiré con mis Encuentros, los hijos de mi alma.

LLÉNALO DE AMOR por Amado Nervo
Siempre que haya un hueco en tu vida llénalo de amor.
Adolescente, joven, viejo: siempre que haya un hueco en tu vida llénalo de amor. En cuanto sepas que tienes delante de ti un tiempo baldío, ve a buscar el amor. No pienses: “sufriré”. No pienses: “me engañarán”. No pienses: “dudaré”. Ve, simplemente, diáfanamente, regocijadamente, en busca del amor. ¿Qué índole de amor? No importa: todo amor está lleno de excelencia y de nobleza. Ama como puedas, ama a quien puedas, ama todo lo que puedas… pero ama siempre. No te preocupes de la finalidad de tu amor. El amor lleva en sí mismo su finalidad. No te juzgues incompleto porque no se responden a tus ternuras: el amor lleva en sí su propia plenitud. Siempre que haya un hueco en tu vida, llénalo de amor.

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