Residentes en la calle 26 del Residencial Buena Vista I, en Villa Mella, se quejaron este martes de que son afectados por una plaga de gatos realengos, cuya reproducción descontrolada, hedor de la orina y excrementos, así como los pelos que pululan en la zona, amenazan la salud de niños y adultos mayores vulnerables a enfermedades que estos propagan.
De acuerdo a los denunciantes, los gatos, más de 30, entre pequeños y adultos, son alimentados por una señora que reside en el lugar y hace caso omiso a los reclamos del vecindario, de que en zona residencial no puede haber un criadero descontrolado de gatos, perros y otros animales por ser espacios donde viven familias, lo que además de constituirse en una falta de respeto al vecino, viola los artículos 76 y 77 de la ley general de salud 42-01, y la ley 248-12 sobre protección animal.
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Indicaron que esos artículos establecen que en “las zonas urbanas y suburbanas sólo se permitirá la tenencia de animales domésticos, cuando el local o lugar donde se mantengan reúnan todas las condiciones de saneamiento ambiental necesarias, y cuando los mismos no constituyan peligro para la salud e integridad de las personas”, así como la obligatoriedad de vacunarlos, cuya responsabilidad es del Ministerio de Salud Pública.
Aseguraron que la jauría de gatos que están a agua, sol y sereno, daña la pintura de los vehículos al arañarlos con sus filosas uñas, orinan y depositan su excremento en galerías y marquesinas de casi todo el vecindario, lo que ha producido que muchos de los residentes en el lugar cierren esos espacios con tela metálica.
«La situación empeora cuando llueve, ya que los animales corren a las distintas casas para protegerse y allí hacen todo tipo de daños a la propiedad privada», resaltaron.
El señor Félix Peña, quien reside en el lugar se queja de que la salud de sus hijas menores de edad está siendo afectada por la alergia que produce los pelos de los gatos, al punto de prohibirles jugar en la galería y el jardín porque en cualquier momento pisan orinas y heces de gatos, desechos que producen toxoplasmosis y leptospirosis.
Explicó que ha apoderado al Ayuntamiento de Santo Domingo Norte, cuyo alcalde pedáneo, Andrés de la Cruz, intentó mediar con la vecina que justamente vive al lado de su casa, pero hasta el momento no han solucionado la situación.
El funcionario del Ayuntamiento informó que solo pueden retener caballos y vacas que obstaculizan los espacios públicos, sin embargo, el artículo 12 de Ley 248-12, sobre Protección Animal y Tenencia Responsable, faculta a los ayuntamientos a crear albergues para recoger a animales domésticos que afecten a terceros.
“Esos animales, unos 25 a 30 gatos, no salen de las casas, se suben en el techo, de noche es un ruido molestoso cerca de las habitaciones, particularmente en mi casa, desde que vivimos en la zona, estamos lavando día por día con agua, cloro y otros químicos mi frente, marquesina y galería por la peste a orine, además, esos animales no están vacunados lo que aumenta el riesgo de enfermedades”, informó.
“Hemos hablado a Salud Pública y tampoco hacen nada, Medio Ambiente, el Ayuntamiento de Santo Norte, la Unidad de Protección Animal de la Procuraduría, la línea 311 y hasta el momento no han solucionado el problema”, sostienen los residentes, quienes explicaron que cada dos meses entre 2 a 3 gatas paren un promedio 3 a 4 gatos, por lo que cada día son más los animales que afectan la comunidad.
“La ley 248-12 dice que no se puede tener animales en lugares inadecuados y que cause daños a terceros, y aquí esa ley solo se está aplicando para sancionar el maltrato, pero no para prevenir el daño que esos animales hacen a las viviendas, salud y los bienes de los ciudadanos”, insistieron los vecinos.
Los moradores en la calle 26 de Buena Vista I están esperanzados en que la autoridad competente tome cartas en el asunto y simplemente apliquen la ley.