Derek Jeter no siempre fue un bateador paciente durante su carrera de Grandes Ligas, ya que solía hacerle swing al primer pitcheo del lanzador contrario. Pero durante un año y medio, al ex capitán de los Yankees no le ha quedado otro remedio que armarse de paciencia en cuanto a su gran día en Cooperstown se refiere.
Más de 19 meses después de haber sido elegido al Salón de la Fama Nacional de Béisbol de manera casi unánime – recibió 396 de los 397 votos enviados, el segundo porcentaje (99.7%) más alto en la historia detrás de su ex compañero de equipo, el panameño Mariano Rivera (100%) – y más de 13 meses después de que su ceremonia de exaltación se pospusiera por una pandemia global–Jeter finalmente tendrá su gran momento el próximo miércoles.
Dada la larga espera y el cambio constante en las noticias sobre la pandemia, Jeter está haciendo un gran esfuerzo por guardar sus emociones hasta que esté parado en el podio.
“No quiero hacerle mal de ojo”, dijo Jeter. “Ya se ha pospuesto, así que espero que suceda la próxima semana. Pasaron tantas cosas en el mundo durante ese primer año más o menos que no pensé mucho en eso. Al principio, estaba entusiasmado y luego se canceló y la mente se enfoca en otras cosas. Estoy ansioso por llegar allá la próxima semana, con suerte. Toco madera. Ya es mucho tiempo esperando”.
Hace dos años, Jeter asistió a la exaltación de Rivera, haciendo el viaje a Cooperstown por primera vez desde su niñez. Eso le dio una probadita de lo que le espera, aunque la perspectiva desde la tarima será distinta a la que tuvo como siendo parte del público.
No obstante, tratándose de Jeter, no debe sorprendernos que no esté pensando mucho sobre lo que le traerá ese día.
“Por extraño que suene, estoy tratando de no pensar, porque simplemente quiero ir y vivirlo por primera vez”, dijo Jeter. “Obviamente, espero con ansias llegar, ir al museo, reunirme con todos los Salón de la Fama y compartir un poco con ellos. La ceremonia y el discurso son las cosas a las que trato de no darle mente, porque quiero llegar sin ideas preconcebidas de cómo van a suceder las cosas. Quiero vivirlo y tratar de disfrutarlo”.
Ah, verdad. El discurso.
La consistencia de Jeter en el terreno y sus momentos heroicos fueron lo que lo llevaron al Salón de la Fama, pero cualquier lista de sus grandes momentos en las Mayores debe incluir su discurso después del último juego en el antiguo Yankee Stadium en septiembre del 2008. Nadie se sorprendió cuando el rostro de la franquicia agarró el micrófono y se dirigió al público, pero sus palabras – las que encontró sin ayuda de un discurso escrito – fueron el final perfecto para esa noche memorable.
Faltando menos de una semana para que sea exaltado, Jeter está tratando de pulir su discurso, aunque lo está haciendo de manera privada, ya que no quiere que nadie lo vea ni lo escuche antes de que él lo dé.
“En cuanto a dirigirme al público se refiere, es algo que he hecho en ocasiones anteriores, pero esto obviamente será un poco más largo”, señaló Jeter. “Estamos hablando de un discurso de 10 o 15 minutos. Es difícil abarcar toda tu carrera en un período de tiempo tan corto, pero estoy trabajando en eso”.
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