Hoy 
En un reciente libro publicado por la Comisión Economía para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre: “Los sistemas de pensiones en la encrucijada. Desafíos para la sostenibilidad en América Latina”, de la autoría de Alberto Arenas de Mesa, Asesor Regional, se reflexiona sobre el grave riesgo de la sostenibilidad de los sistemas de pensiones de Latinoamérica. Esto motiva a analizar, de manera muy sucinta, retos como estos, que resultan indispensables para la protección social y el desarrollo de nuestros pueblos.
La primera premisa que debemos poner de relieve es el pronóstico de que la población de América Latina va en la tendencia a envejecer, se ha vaticinado, que para el año 2065, alrededor de 200 millones de personas estarán comprendidas entre las que tienen 65 años o más, un gran ascenso si lo comparamos con los 50 millones de personas que en la actualidad conforman este promedio en la región.
Como lo explica en “Panorama Social de América Latina, 2017” (CEPAL, 2018): “La transición demográfica y el acelerado envejecimiento que ha generado la reducción de las tasas de mortalidad y fecundidad, entre otros factores, harán que los sistemas de pensiones sean cada vez más gravitantes por sus efectos fiscales, económicos, sociales y políticos”.
¿Qué significa esto? Que una región, país o comunidad cuya tendencia es a envejecer es evidente que se reduce el número de personas con capacidad laboral para cotizar en los sistemas de seguridad social, un reto que implica incrementos en el gasto público en uno de los ejes más relevantes de las políticas de protección social: las pensiones.
En segundo lugar, el tema relativo a las pensiones, ya es en gran parte de América Latina el centro del debate de las políticas públicas y de los asuntos de gobierno, ya que esto incluye gestionar de manera sostenible las políticas de protección social con las pensiones en sus tres ejes: cobertura adecuada, prestaciones suficientes y sostenibilidad financiera.
Lo anterior se traduce en que el desacelerado crecimiento económico de la región, el envejecimiento de la población, mercados laborales donde predomina la informalidad y las brechas de los ingresos de los trabajadores pone en riesgo la sostenibilidad de los sistemas de pensiones, o como lo refiere el libro citado, en coloca al sistema de pensiones en una encrucijada.
El escenario de justicia social ideal en temas relativos a la protección social y las pensiones exige cobertura universal, responsabilidad general del Estado que garantice gobernanza y pago oportuno de las prestaciones.
Los desafíos de un sistema de pensiones con cobertura universal implica redefinir la política fiscal y el gasto público de los próximos años, a los fines de determinar las fuentes de financiamiento que asegure la sostenibilidad de las políticas de protección social y los gastos sociales. Sin embargo, en la República Dominicana aún queda pendiente propiciar un pacto o reforma fiscal al servicio de una economía sostenible y el crecimiento inclusivo, lo que debe traducirse en garantizar la sostenibilidad financiera de la protección social, entre ello, el sistema de pensiones.
