No soy especialista en desastres pero trabajé para una empresa americana donde los gerentes éramos los responsables de la seguridad de los empleados y por lo tanto recibí el entrenamiento necesario en el tema. Una de las cosas que aún hago cuando llego a un hotel es localizar la escalera de emergencia, regresar a la habitación y volver a la misma con los ojos cerrados, pues uno no sabe cuándo se producirá la emergencia.
Dicho lo anterior, vuelvo a decir que los bomberos deben tener la autoridad para clausurar los establecimientos que no cumplen con las normas de seguridad y deben implementar un programa, si se quiere especial y con apoyo presidencial, para promover la seguridad y revisar todo lo que la afecta como son: válvulas de control en tanqueros de combustibles, estaciones de expendio, comercios, industrias, edificios y casas particulares que utilizan tanques mayores de los populares de 100 libras. La gasolina y el gasoil producen gases que acumulados dentro de un local ante la presencia de una chispa crean una explosión proporcional a su cantidad.
Ese programa debe lograr que en las empresas y comercios, hasta en los edificios de apartamentos, se formen comités responsables de la seguridad; lo que debe ser obligatorio, para lo cual contratarán a empresas especializadas para su conformación y entrenamiento. Los bomberos deben supervisar que se cumpla y no ser agentes de entrenamiento.
En pleno Siglo 21 todavía nuestras autoridades aprueban la construcción de edificios comerciales y de apartamentos en los que las puertas de entrada, de acceso a los estacionamientos y a las escaleras abren hacia adentro. Hoy estuve en dos edificios y en una plaza comercial pequeña, de reciente inauguración, en el que se dan esas circunstancias. Uno de los edificios es de ocho pisos en donde varias veces quise bajar un piso por las escaleras de “emergencia” y encontré que la puerta estaba con llave. Le puse las comillas porque esas escaleras están dentro del mismo, como en la inmensa mayoría; ¿serán las adecuadas? Se necesita hacer un plan para que esas puertas abran en el sentido adecuado porque el día que público, empleados y residentes quieran salir al mismo tiempo producto de una emergencia, se atropellarán en las mismas.
Otro acápite de la seguridad son los ascensores. Con frecuencia no tienen en funcionamiento los detectores de la presencia de alguien entrando y cierran las puertas golpeando a quien lo hace: suceden en edificios de apartamentos, comerciales, clínicas y hospitales.
Los bomberos deben revisar su funcionamiento y colocar el certificado correspondiente; en su defecto, sacarlos de servicio.
Estamos en campaña y hay almas que salvar dice una canción religiosa. Eso debe hacerse para mejorar la seguridad de manera urgente.