El resentimiento, odio, hambre, frustración y desesperanza aprendida que viven los haitianos en su país se convierte en un detonante que afecta su salud mental y que impacta de una u otra forma a República Dominicana.

El tema es analizado por el afamado psiquiatra, doctor José Miguel Gómez Montero, quien aconseja que haya intervención en el vecino país; esto, explica, no tiene que ver nada con intervenciones armadas.

La situación en Haití impacta a todo, va más allá de la salud mental y puede ser muy peligroso, pues nadie controla desde el poder a grupos armados.

La situación

Hambruna, falta de servicio, impacto de bandas, secuestros, es una sociedad que tiene una cultura violenta, arrabalizada, en desmoralización por la desesperanza y eso es altamente peligroso, analizó.

Asimismo, ve que los haitianos viven un estado de indefensión aprendida, frustración crónica, impotencia y es un pueblo con actitudes en negatividad.

Entres las actitudes que ve priman en Haití están la ira, rabia, enojo crónico, resentimiento, remordimiento y cultura de odio.

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Los ciudadanos de las grandes ciudades de Haití viven en estado de hambre y de frustración y esto traerá consecuencia para República Dominicana. La carga emocional y afección de salud mental es y ha sido muy fuerte por décadas, si se revisa la historia de los ciudadanos de esa nación tan sufrida en la historia.

En Haití no se puede hablar de estado fallido, es que no existe, dijo el profesional de la salud mental.

Asimismo, ve confrontación, es un componente de los de abajo contra los de arriba, como ha pasado siempre durante el desarrollo de esa nación.

Entrar a RD

Para Gómez Montero, lo lógico es que quien vive en un estado de asedio, hambre y desesperanza trate de buscar una salida a su situación, eso es lo que han hecho los seres humanos a los largo de la historia de las migraciones, los haitianos a su juicio, no tienen por qué ser la excepción.

Vendrán a buscar protección, otros tratarán de entrar al país a como de lugar y eso podría traer una confrontación entre ambos países, analiza el profesional de la salud mental, quien llama a tomar medidas antes de que ocurra una tragedia.

La prudencia

El profesional asegura que cuando se tiene frontera con un país como Haití, en un momento como este, el llamado es a la calma y a la prudencia.

Se debe actuar con cautela, con sangre fría, pero poniendo los límites que se ameritan, consideró.

La militarización de la frontera, indica, pero sin dejarse provocar, pues se debe evitar a toda costa que haya derramamiento de sangre.

Extremistas

Cuidado con los grupos extremistas de nacionalistas realizando marchas, eso puede ser peligroso, porque se exacerban las pasiones y el odio.

Es momento dijo que el Gobierno y las Fuerzas Armadas dirijan los procesos de estado. Un movimiento mal manejado con la sensibilidad que hay, puede acarrear violencia, asegura el experto en salud mental.

Mucha gente es conservador y maneja conceptos de nacionalismos a ultranza que no llevan a buen camino, insistió.