Desmantelan nueva célula yihadista en Marruecos vinculada al EI

Desmantelan nueva célula yihadista en Marruecos vinculada al EI

Rabat.- La Policía marroquí ha desmantelado una nueva célula terrorista compuesta por siete personas, dirigida por un profesor de instituto y que supuestamente estaba a las órdenes de la organización yihadista Estado Islámico (EI).

El Ministerio del Interior marroquí hizo público hoy un comunicado en el que detalla que las detenciones tuvieron lugar en Fez, Outat El Haj (sur de Fez) y Zaio (sur de Nador), donde los arrestados se dedicaban a reclutar combatientes para el EI en Siria e Irak, adonde ya habían enviado a un número indeterminado de voluntarios.

La coordinación entre esta célula y el EI pasaba a través de un marroquí, un antiguo preso en su país por otro delito de terrorismo y actualmente «miembro activo del llamado ‘tribunal legal’ (del EI), que emite sentencias bárbaras en nombre de Abu Bakr al Baghdadi contra aquellos que se oponen a su doctrina».

Como suele ser habitual, el comunicado asegura que los detenidos, que utilizaban identidades secretas, planificaban «ataques terroristas contra posiciones sensibles en el país», sin dar otras precisiones.

La pasada semana, el «número dos» del Ministerio del Interior, Charki Drais, reveló que su país ha desmantelado desde 2002 un total de 124 células terroristas de carácter islamista radical.

Ayer comparecieron ante el juez de Rabat otro grupo de cinco personas, tres de ellas procedentes de Tánger, acusadas asimismo de planear atentados terroristas.

El comunicado emitido ayer especificaba que los tres tangerinos pretendían «alterar el orden público mediante la intimidación, el terror y la violencia».

Aunque no daba más detalles, se refería supuestamente al grupo detenido en la ciudad del Estrecho acusados de dar ochenta latigazos en público a un hombre en estado de ebriedad en supuesto castigo por sus pecados (beber alcohol), una noticia que circuló profusamente en numerosos medios alarmados por la penetración del salafismo radical en Tánger. EFE

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