Aunque con un gran retraso según sus críticos internos, tan notorios y conocidos que no hace falta señalarlos por sus nombres y apellidos, el PRM empieza a sacudirse la molicie que paraliza a los partidos cuando están en el gobierno, lo que a la larga, y a veces también a la corta, termina sacándolos del poder.
Ya lo vimos con el PLD, cuyos organismos de dirección solo se reunían, como confesó un miembro de su Comité Político, para tratar asuntos sin relevancia, ocupados como estaban los peledeístas en disfrutar de las mieles del poder y sus incontables privilegios, entre ellos la posibilidad de enriquecerse al vapor y sin tener que pasar por go.
Y eso no ocurrió hace tanto tiempo como para que se haya olvidado o no pueda servir de espejo al Gobierno y el PRM, que ayer anunció en Santiago un “Plan de Crecimiento” con el cual busca aumentar la matrícula de sus miembros en la segunda ciudad del país y “capital” de la productiva región del Cibao.
Puede leer: No solo de pan
El acto lo encabezó el exsenador por la provincia Espaillat y miembro de la Dirección Ejecutiva del PRM Andrés Bautista, quien explicó a los periodistas que el propósito del Plan es, además de inscribir nuevos miembros, alcanzar un mayor fortalecimiento y una más amplia presencia del partido en esa demarcación. Y agregó, probablemente para elevar el ánimo de la concurrencia, que las encuestadoras de mayor prestigio nacional e internacional le atribuyen al presidente Luis Abinader una aprobación entre el 62% y el 70%.
Una buena noticia que, estoy seguro, llena de regocijo al perremeísmo, pero un político con tantas millas recorridas de seguro sabe que una cosa es la aprobación del Presidente de la República y otra la su partido, que siempre suele estar bastante por debajo.
Como también debe saber, por vía de consecuencia, que esa no es una razón para dormirse en sus laureles y luego despertar, como le sucedió al PLD y a los peledeístas, en medio de la pesadilla de la derrota que los expulsó del poder.