No ha había acabado de leer la novela “Destellos de Gloria” que nos dedicara su autor, Cesar Arturo Abreu Fernández, con estas sencillas palabras: “A mis queridos Luisito y Raulina. Su primo, Cesar Arturo.” El libro, llegado a mis manos, el 15 de febrero, permanecía en mi habitación en espera de darle termino a la lectura del voluminoso libro “El pensamiento y la acción en la vida de Juan Pablo Duarte” de Carlos Federico Pérez y Pérez, obsequio del Banco de Reservas.
César Arturo, nacido el 18 de enero del 1940, forma parte de nuestra familia, siendo apreciado y reconocido no solo por la comunidad de su lar nativo, la ciudad olímpica de La Vega, siendo miembro “Emeritus ad vitan” del Instituto Duartiano, militante del Movimiento Clandestino 14 de junio, recluido en las ergástulas de la 40 y la Vitoria, hiendo al exilio en 1961 a Estados Unidos, graduándose de Ingeniero Civil en la Universidad de Columbia, donde realizó estudios de especialización de Ingeniería estructural, ejerciendo su profesión en New York hasta su regreso al país en 1968, donde instala su oficina de ingeniería “dedicada al diseño y construcción de proyectos urbanos, industriales y comerciales.” Fundador-presidente de varias instituciones comunitarias, presidente de la Asociación para el Desarrollo de La Vega, del Instituto Vegano de Cultura y tantas otras instituciones que sería prolijo enumerar, siendo declarado hijo meritorio por el Ayuntamiento de La Vega.
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“Destellos de Gloria” es una interesante novela histórica que consta de 321 páginas y XXXVI Capítulos, a lo que se agregan los índices onomásticos de principales personajes históricos y sirve de introito, “A manera de confesión”, el desarrollo de su obra donde resalta “la participación de los veganos en las acciones, eventos y epopeyas que contribuyeron de manera decisiva a la consecución de la independencia nacional, para rescatarla de la ominosa anexión de la que fue objeto y restaurarla a su inmarcesible gloria.”
El personaje principal de la novela lo es Santiago Roque, Chago Roque, definido como “un típico joven rural de extracción, enamorado de Mercedes Velasco, igual que su íntimo amigo, Miguel, de su hermana Isabel. Chago, con amplios deseos de superación, poseedor de “los tradicionales valores de patriotismo a ultranza”, “si bien es ficticio, no así son los hechos y acciones patrióticas en la que junto a otros veganos ilustres, aparece involucrado con connotados ciudadanos de la talla de Gregorio Luperón, Basilio Gil, Ramon M. Mella, Marcos Trinidad, ganándose el respeto y la admiración de todos sus compueblanos “por su autoridad moral que todos reconocían.” En compañía ese último, y su prima, Merced Evangelista Trinidad, una joven sin par, conocida como “Juana Saltitopa” y otros tantos verdaderos dominicanos como lo fueron, entre otros, Jose Contreras, Francisco del Rosario Sánchez, ambos fusilados por orden del funesto General Pedro Santana, de ingrata recordación. Destellos de Gloria ¡se ganó su nombre!