DOHA, Qatar.-La Cuaresma llegó con el Miércoles de Ceniza, casi conjuntamente con las amenazas de un virus mortal, que hasta ese entonces, solamente se tenía noticias de que estaba matándo a miles de chinos en una ciudad de nombre Wuham, un lugar muy lejano, tanto, que Occidente, como no era su vecino, pensó equivocadamente que no tenía que poner ¨las barbas en remojo¨
Los días fueron pasándo y las noticias de contagios y muertes, ya no sólo oscurecian los cielos de Wuham, sino también, a otro país lejano de nombre Irán que había sucumbido ante el nefasto virus, pero, tampoco, fue motivo, para que el resto del mundo se inmutara, pues esos países que en otros periódos históricos fueron grandes imperios: Chino, y Persa, son regiones muy lejanas como para que sus problemas internos puedan intranquilizar a los demás habitantes del planeta tierra.
Poco tiempo después, como ave rapiña, las garras del virus, tomaron desprevenida a la bella e histórica Italia, la del otrora poderoso Imperio Romano asfixiándola sin piedad, Entonces, Occidente comenzó a despertar de su soberbía y entró en pánico al ver que el virus asesino no respetaba a la blanca, aristócrata y altanera Europa, contagiando rabiosamente a una España, que hoy día, cuenta más de 13 mil muertos, y otros miles más, pues las cifras se conocerán cuando pase la crisis.
Arrogancia ó ignorancia tomó al gobierno español desprevenido, a pesar que la misma Organización de la Salud, había dado la voz de alarma de la pandemia que se avecinaba arrolladora al mundo.
Los oidos sordos, no quisieron escuchar, pues el gobierno social comunista español enfocado en medidas populistas, demagogias de nacionalizar empresas privadas, legalizar la eutanasia o tumbar al rey Felipe VI, acabar con la realeza que les apesta, más la propuesta para despenalizar las injurias a la Corona, como si los españoles con tantos miles de muertos tienen la necesidad de que le monten un nuevo circo, como fue la exhumación del cadáver del dictador Francisco Franco.
Ante el desastre, para evitar contagios, Madrid, la más afectada de España, no podra ver desfilar por sus calles viejas centrales, sus tradicionales y antiguas procesiones como la de Jesús Nazareno, Jesús el Pobre, María de la Soledad, Jesús de los Desamparados, María de los Siete Dolores, Cristo de la Agonía, la Macarena, el Divino Cautivo, Jesus de Medinaceli y el Santo Entierro.
La Semana Santa ha llegado, ha encontrado al mundo cristiano angustiado, atemorizado, con los ojos más que nunca puestos en Dios, suplicándole ¡misericordia! mientras observa atónito como la potencia de Estados Unidos, y otras naciones, van cayendo como piezas de dominó en el tablero del Coronavirus.
Aunque esta Semana Santa, sea especial, no dejará de ser un tiempo para los cristianos de oración, meditación acerca de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo,
El 2020 ha llegado con un rollo diferente a los anteriores años y varios cultos religiosos seran virtuales, los oficiantes muchos estarán solos sin el pueblo.
Al igual que el Jueves Santo que conmemora los acontecimientos de la Ultima Cena, el Lavatorio de Pies, las oraciones de Jesús en el huerto de Getsemani, la institución de la Eucaristia, el bautismo, confirmación, matrimonio y orden sacerdotal. Ese día y el Viernes Santo los feligreses no podrán este año cumplir con la tradición católica de visitar 7 templos para adorar al Santisimo Sacramento expuesto en los altares.
En mi querida ciudad, Santo Domingo, desde la época de la colonia se asistia a todas las iglesias de la Zona Colonial como la Catedral Primada de América, el Convento de los Dominicos, la Iglesia de Las Mercedes, del Carmen, La Altagracia, Regina Angelorum, San Miguel Arcángel, Capilla de Los Remedios, Santa Bárbara, ahora merecidamente restaurada.
Los capitaleños, al igual que la mayoría de los dominicanos, han continuado con la tradición de la visita a los templos católicos siempre decorados con alegorías de la Semana Mayor, salvo, en la Guerra del 65. cuando las iglesias coloniales se quedaron vacia, y años posteriores con asistencia muy baja, hasta que nuevamente renació con fuerza la tradición.
En esta Semana Santa la Iglesia de Las Mercedes, no realizará la esperada procesión del Santo Entierro, con su hermoso Santo Sepulcro y la Virgen de la Dolorosa, conmovedoras imágenes artísticas religiosas traidas desde España a República Dominicana, por los sacerdotes franciscano de Las Mercedes, con su párraco el pintoresco y querido en la comunidad, Fray Anastasio de La Vega, quien soñó, e hizo realidad que Santo Domingo tuviera una procesión que recordara un poco aquellas famosas de Sevilla, o de cualquier lugar de Andalucía, con sus llamativos Guardias Romanos, las Damas del Santo Entierro, los Caballeros de la Cruz…
La Semana Santa del 2020 pasará a la historia por la pandemia del Coronavirus que paró al mundo, y llenó a la humanidad de incertidumbre, pero, que afianzo, aún más, la fe en Cristo.