Hablando de actitudes en estos días, recordé la importancia de que conozcamos qué realmente significan las mismas, porque mayormente son interpretadas y juzgadas por nosotros mismos en otros, con una ligereza increíble, como si obviáramos que son asumidas como la realización de una intención o propósito.
Pero resulta que también son el comportamiento habitual que emplea un individuo frente a la vida por experiencias, aprendizajes, emociones y vivencias que arrastra de su vida.
La actitud es definida como un procedimiento que conduce a un comportamiento en particular. Y se entiende que las actitudes determinan la vida anímica de cada individuo.
Por eso es que en sociología, la actitud consiste en un sistema de valores y creencias, con cierta estabilidad en el tiempo, de un individuo o grupo que se predispone a sentir y reaccionar de una manera determinada ante algunos estímulos.