Las autoridades estadounidenses detuvieron esta mañana a Stephen Broderick, sospechoso en el tiroteo que el domingo dejó tres muertos en la capital de Texas, Austin, en lo que la Policía ha descrito como un incidente “doméstico” y “aislado«.
La Policía recibió una llamada alertando sobre un individuo que caminaba por una carretera y agentes del condado de Travis se desplazaron hasta el lugar y le arrestaron.
Aunque el sospechoso portaba un arma, la detención se completó sin incidentes, informaron las autoridades.
Hasta ahora dos de las víctimas han sido identificadas por el Distrito Escolar de Elgin como Alyssa Broderick y Willie Simmons. Primeros reportes de prensa informaron de que los fallecidos eran dos latinas y un afroamericano. Broderick “era una estudiante y atleta excelente, que participaba en nuestro Programa de Adelanto de Universidad y que jugaba en el equipo de básquetbol femenino”, añadió el distrito.
Por su parte, el afroamericano Simmons era estudiante del último grado de la escuela secundaria Elgin y ya había sido reclutado para jugar fútbol americano para la Universidad del Norte de Texas.
Simmons “era un joven excepcional y un líder entre sus pares. Fuerte, tanto en el nivel académico como en el atlético, (Simmons) representaba lo mejor de Elgin”, añadió el distrito.
El domingo el jefe en funciones de la Policía de Austin, Joe Chacon, identificó a Broderick como sospechoso del ataque y dijo que, aparte de los tres fallecidos, hubo un menor de edad envuelto en este incidente, pero que se encontraba a salvo.
El oficial indicó que Broderick era un antiguo agente de la oficina del alguacil del condado de Travis, que tiene su sede en Austin, y que “todas las víctimas eran conocidas por el sospechoso».
Hasta el momento las autoridades no han especificado la relación entre las víctimas y Broderick.
El fiscal de distrito del condado de Travis, José Garza, dijo en un comunicado que Broderick había sido arrestado por agresión sexual a un menor en junio de 2020 y el diario Austin American-Statesman indicó que el sospechoso renunció al puesto después del arresto y que la esposa de este solicitó una orden de protección y el divorcio poco después.
El de Austin fue el segundo tiroteo mortal en Estados Unidos, después de que al menos tres personas perdieron la vida y otras dos resultaron heridas por disparos en un bar de Kenosha, en el estado de Wisconsin.
Estos ataques ocurren después de que el jueves ocho personas fallecieran y cinco resultaran heridas cuando un hombre armado abrió fuego de manera indiscriminada en un almacén de la empresa de servicios postales FedEx en Indianápolis (Indiana).
Este y los tiroteos de las últimas semanas en EE.UU. han reabierto el debate sobre un mayor control de armas en el país.
El viernes el presidente Joe Biden exigió al Senado que refuerce el control de las armas de fuego y que deje de “aceptar” un tipo de violencia que “se ha convertido en algo demasiado normal” y causa 106 víctimas mortales al día en este país.