Desde el año 2008 se conmemora cada 12 de marzo el “Día Mundial del Glaucoma”. Padecimiento que abarca hasta 60 enfermedades oculares, las que pueden ocasionar ceguera en los pacientes, a raíz de la degeneración del nervio ocular.
¿Qué es el Glaucoma?
El glaucoma es la consecuencia de una lesión en el nervio óptico. A medida que este nervio se deteriora gradualmente, aparecen puntos ciegos en el campo visual. Por motivos que los médicos no comprenden en su totalidad, esta lesión en el nervio suele relacionarse con un aumento de presión en el ojo.
El nervio óptico está compuesto por más de un millón de fibras nerviosas, que conectan la retina al cerebro (vea el diagrama a continuación). La retina es el tejido sensible a la luz, situado en el fondo del ojo. Es necesario tener un nervio óptico saludable para tener buena visión.
Leer también: El glaucoma es la principal causa de ceguera
En otro términos, el glaucoma se produce por una muerte precoz de las células ganglionares de la retina, cuyos axones forman el nervio óptico y este empieza a quedar vació por su ausencia. Como consecuencia, se produce una pérdida de funcionalidad y el campo visual del paciente va reduciéndose, si la enfermedad no se trata a tiempo.
Afectación visual
En todos los tipos de glaucoma, el nervio que conecta el ojo con el cerebro está dañado, generalmente debido a una presión ocular elevada. El tipo más común de glaucoma (glaucoma de ángulo abierto) no suele presentar otros síntomas aparte de una pérdida gradual de la visión. El glaucoma de ángulo cerrado (aunque es poco frecuente) es una emergencia médica, y sus síntomas incluyen dolor ocular, náuseas y alteración repentina de la visión. El tratamiento incluye colirios, medicamentos y cirugía.
El glaucoma ha sido diagnosticado como la segunda causa común de la ceguera en el mundo, denominado como “el ladrón silencioso de la visión”. A razón de esta efeméride giran las actividades que celebran la “Semana Mundial del Glaucoma”.
Leer más: Glaucoma, una enfermedad evitable
Síntomas del glaucoma
Una enfermedad silenciosa
El 50% de pacientes con glaucoma, no sabe que lo padece. En la mayoría de casos, no provoca síntomas evidentes, como dolor o disminución brusca de la visión.
Pese a pasar inadvertida hasta que el daño ya es importante y ha reducido gran parte del campo visual, la enfermedad sigue avanzando, pudiendo afectar a las actividades cotidianas del paciente y convertir otras en peligrosas, como la conducción.
Síntomas más frecuentes
La mayoría de pacientes con glaucoma, presenta los siguientes síntomas:
- la pérdida de la visión periférica o lateral del campo visual
- en algunos casos, existe pérdida de la visión central, en las primeras fases
- caídas, ya que el glaucoma multiplica por 4 el riesgo de padecer este tipo de accidentes
- los ataques agudos de glaucoma pueden producir:
- ojo rojo
- dolor intenso
- visión borrosa
- halos alrededor de las luces
- náuseas o vómitos
¿Cómo se puede prevenir el glaucoma?
La importancia de un diagnóstico a tiempo
El glaucoma es una patología crónica que actualmente no se puede curar. Esto se debe a que no es posible regenerar el nervio óptico y recuperar la visión perdida. Sin embargo, la enfermedad se intenta controlar mediante diferentes opciones terapéuticas, que tienen como objetivo conservar la visión que tiene el paciente en el momento del diagnóstico.
La clave para prevenir el daño irreversible que produce el glaucoma en el nervio óptico es el diagnóstico precoz de la enfermedad para poder controlarla antes de que siga evolucionando. Dado que en la mayoría de casos no provoca síntomas hasta fases avanzadas de la patología, se recomienda someterse a revisiones oftalmológicas cada dos años a partir de los 40, edad en la que se activa el proceso degenerativo del ojo y empieza a aumentar la incidencia del glaucoma.
Controles periódicos
Asimismo, se aconseja que los controles sean anuales en personas con alguno de los siguientes factores de riesgo:
- Edad (mayores de 60 años)
- Antecedentes familiares de glaucoma
- Hipertensión ocular
- Miopía o hipermetropía alta
- Otras enfermedades oculares, como patologías de córnea, retina, uveítis etc.
- Traumatismos oculares
- Ángulo iridocorneal (formado por la córnea y la esclera con el iris) estrecho
- Raza negra o asiática