En estos días causó un poco de controversia que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dentro de su llamado a reducir el consumo de energía eléctrica, pidiera a las mujeres reducir el uso de blower y secadoras y que optaran por métodos más naturales.
No me pareció un llamado descabellado si tomamos en cuenta lo que podría ahorrarse un salón de belleza en energía eléctrica si usara métodos alternativos de peinar.
Ahora bien, si esta medida se planteara en República Dominicana entonces tendría muchas preguntas que hacer, por ejemplo: ¿Permitirían las empresas del Estado a sus empleadas ir a trabajar con su cabello natural, rizos al aire, pajones, trenzas y demás estilos?
Y las instituciones privadas ¿saltarían su código de vestimenta en pro de reducir el uso de aparatos que consuman nuestra preciada energía eléctrica?
Ciertamente para una peluquera no implica solamente una baja en la factura eléctrica, también significa exponerse menos al calor del blower día a día, aprender nuevas técnicas de estilizado que no requieren que el cabello esté totalmente lacio, inventar nuevos estilos y retomar formas naturales de cuidar el pelo. Realmente sería una revolución en la industria de belleza, se diseñarían secadores inverter de bajo consumo, o solares que se alimenten de nuestro candente sol caribeño.
Mientras esto ocurre, si es que ocurre, debemos ir pensando en maneras más ecológicas de mantener nuestras cabezas arregladas (interna y externamente) para que este cambio en conjunto con otros más nos permita tener un impacto positivo en el medio ambiente.
¿Por qué no comenzamos desde ya nombrando el Día Nacional del Cabello Natural, un día en el cual todas las mujeres puedan lucir su cabello tal cual es, sin ningún requisito extra, ser libres de llevar el cabello como les de la gana y no preocuparse por el qué dirán, ¿quién se anima? ¡Pongan fecha!
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