Desalojo. Personal del Ministerio de Medio Ambiente, de la Sociedad Ornitológica de la Hispaniola y de otras organizaciones expulsaron alrededor 300 burros y decenas de gatos y vacas de la isla Cabritos
Jorge Brocca llegó a República Dominicana hace 14 años, atraído por una hermosa joven dominicana que conoció en Estados Unidos, con quien tuvo un ardiente romance, pero jamás imaginó que la atracción por la serena belleza de una mujer lo colocaría precisamente en el sendero para trabajar y desarrollarse y aportar en lo que fue siempre el sueño de su vida: la conservación.
Después de concluir sus estudios de Biología en una universidad de los Estados Unidos, Brocca conoció a la princesa que lo sedujo y formalizaron el noviazgo. Decidió conocer a República Dominicana vino al país con la idea de regresar a los Estados Unidos y de allí seguir a Europa.
“Empecé a trabajar aquí con una organización, prácticamente como voluntario. Tenía la responsabilidad de monitorear aves. Tengo muchos años de experiencia con aves porque trabajé en mi país, Argentina, en esa actividad y tenía una ONG que se dedica a la conservación de aves. Mi idea fue siempre irme, pero pasaron meses y meses y me fui enamorando de este país. Teníamos nueve lugares donde hacíamos monitoreos de aves, en lugares con paisajes maravillosos de esta hermosa nación y de poquito a poquito me fui enamorando de República Dominicana y sigo con mis 14 años sabáticos”. Brocca aprovechó el tiempo y decidió quedarse. Llenó los requisitos de ley y “actualmente soy dominicano”.
En la organización surgieron conflictos. Brocca era miembro de la directiva. En esa etapa trabajaba en un proyecto del Gavilán de la Hispaniola y a partir de ese momento “me hice cargo de la organización no gubernamental. Han pasado diez años y sigo al frente como director ejecutivo”.
Creciendo y fortaleciéndose con el trabajo de conservación, la Sociedad Ornitológica La Hispaniola prosperó y según Brocca “potencialmente somos una de las organizaciones líder en el sector ambiental en República Dominicana”. La institución comparte trabajos de conservación a otras ONG locales.
“La zona de trabajo más importante es la Sierra de Baoruco, pero con los años y los pedidos del Ministerio de Medio Ambiente hemos aumentado nuestra distribución hacia diferentes áreas donde las autoridades de esa institución nos necesitan y otros lugares donde nosotros estratégicamente decidimos que era necesario la presencia de una organización de nuestro calibre” .
El trabajo en la Sierra de Baoruco de la organización que dirige Brocca es compartido con su socio American Bird Conservacy “que nos ha dado la mano siempre. Hemos recibido fondos de los gobiernos de los Estados Unidos, Británico, de los alemanes y del Fondo para los Ecosistemas Críticos”.
Proyecto. “Acabamos de terminar un centro de control de vigilancia en la zona de Cortico, en Polo, Barahona, donde estamos estableciendo nuestra base más importante. Esa es una de las zonas más críticas. En el último perfil de ecosistemas que se hizo comprobamos que es uno de los lugares de la República Dominicana donde hay más especies en peligro de extinción. Esa es una de las áreas importantes para la biodiversidad.
También desarrollamos un concepto nuevo para nosotros y es el tener una reserva privada. No es dentro de territorio del Ministerio de Medio Ambiente, sino justo en medio donde termina el área de amortiguamiento del monumento. La idea es adquirir 400 hectáreas para conservación, de las cuales ya adquirimos 20”.
“El problema con las ONG en el mundo es que cada vez los organismos internacionales están dando menos dinero y queremos buscar una alternativa económica, viable.
Queremos hacer un pequeño centro ecoturístico en esa zona, con algunas cabañitas. La idea es recibir investigadores, a las personas del Ministerio de Medio Ambiente, voluntarios, periodistas, turistas.
Estamos trabajando en Estero Hondo, que es un área marina con zona costera para fortalecer a los guardaparques, a la sociedad de guías y a las comunidades locales para que tengan un futuro con manejo. Este es un proyecto pequeño que dura un año.
Nos integramos al proyecto de biodiversidad costero-marina, que lo manejan los ministerios de Medio Ambiente y Turismo. Nuestro interés es fortalecer el sistema de área protegida de El Morro, Estero Balsa y otras áreas”.
La idea es hacer una inversión para retorno de la organización, de modo que pueda aportar “un granito de arena. Ese proyecto en el área del monumento Domingo Fuerte es uno de los más importantes que tenemos actualmente. Muchas personas nos están ayudando. Estamos buscando fondos nacionales e internacionales para este proyecto”.
“Ahora nos acaban de aprobar dos fondos, uno del gobierno de los Estados Unidos y otro de fondos Marena, que es el fondo de medio ambiente de República Dominicana, presidida por el Ministerio de Medio Ambiente y entidades de la sociedad civil”.
“Nos hemos integrado al proyecto de biodiversidad costero-marina, que lo manejan los ministerios de Medio Ambiente y Turismo. Estamos trabajando en el proyecto de recuperar las cuencas de los ríos Isabela y Ozama. Somos parte de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo”.
ISLA CABRITOS. “Trabajamos en los últimos seis años en la restauración de la Isla Cabritos, que tiene una extensión de 12 kilómetros y está dentro del parque nacional Lago Enriquillo. La isla tenía algunas especies, como gatos, vacas y burros que estaban perjudicando a las iguanas que están en peligro de extinción, principalmente la iguana ricordi, críticamente amenazada, que tiene una población pequeña de 2,000 o 2,5000 animales. Sacamos los depredadores y otros animales de la isla. Más de 300 burros fueron sacados y entregados a las comunidades cercanas. Ahora podemos ver cómo ha prosperado la biodiversidad Cabritos. Los gatos se comían a las iguanas pequeñas, se comían todo. Ahora, sin depredadores, la población de iguanas ha ido prosperando. No se puede acampar, solo visitarla”.