Por segunda ocasión, un fenómeno nunca visto antes en la historia dominicana se produce hoy en Santo Domingo Oeste, el hijo Francis Peña es quien entrega la gestión municipal a su padre Francisco Peña, quien hace seis años ocurrió lo contrario, este último hizo el traspaso a su hijo.
En este municipio continúa la dinastía de los Peña, ya que esta localidad no conoce otras gestiones municipales, desde su fundación en 2001 cuando fue separada del Distrito Nacional y fue dividido Santo Domingo en lo que es hoy día.
A pesar de esa relación sanguínea directa, la sucesión en el cargo no ha estado exenta de conflictos, en la que no han faltados hasta amenazas de golpes.
Hay que recordar los conflictos que surgieron por la candidatura a la alcaldía de ese municipio en la pasada campaña electoral ya que el hijo aspiraba a reelegirse y el padre a regresar al cargo.
Finalmente el hijo aceptó una candidatura a diputado y el padre salió electo alcalde por la alianza de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y de la Liberación Dominicana (PLD).
Pero en septiembre de 2010 también se produjo un enfrentamiento entre Francis y Francisco, cuando al primer mes de que el primero asumiera la alcaldía, dispuso la cancelación de al menos 1,500 empleados del cabildo que habían sido nombrado por el segundo.
Muchos de los despedidos denunciaron que Francis Peña, además de las cancelaciones, suspendió a personas que recibían ayudas y las becas estudiantiles.
Entre los empleados afectados hubo personas con licencia médica, embarazadas, y en proceso de pensiones y jubilaciones, como ancianos, madres solteras, entre otros.
El alcalde para justificar los despidos masivos argumentó que “tenía que bajar la nómina a lo que establece la Ley de Organización Municipal 176-07”.
Padre e hijo estuvieron a punto de irse a las trompadas, lo que no ocurrió por la intervención de allegados que se encontraban en el hogar, cuando Francisco le cuestionó al alcalde su alegada mala actuación.