Discurso de Xi Jinping: claves para entender a China

Discurso de Xi Jinping: claves para entender a China

China nunca ha invadido a nadie y sustenta sus relaciones en el respeto

Un aspecto fundamental del discurso fue reflejar con objetividad los errores claves que cometen con China quienes pretenden condicionar su quehacer social, la defensa de su soberanía y su seguridad nacional.

La historia del gigante asiático muestra humillaciones e invasiones y el desgajamiento de porciones inalienables de su territorio.

Aprovechando la debilidad inicial de la República Popular la ignoraron y enajenaron de las instituciones de la comunidad internacional. Napoleón pedía no despertar al gigante chino, pero se despertó y reclama respeto y ocupar el lugar que le corresponde en un mundo en el que alberga al 18% de su población.

Eso exactamente quiso decir el presidente chino expresando que el “tiempo en que el pueblo chino podía ser pisoteado, en que sufría y era oprimido ha terminado para siempre”.

Ignorar la historia china conduce irremediablemente a estrellarse contra la dignidad de un pueblo que vive orgulloso de su trayectoria milenaria.

Todos saben, aunque recurren al subterfugio de la “agresividad” china, que es esta la que está bajo amenazas de intromisiones y violaciones de su soberanía. Consecuentemente la afirmación de Xi Jinping de que el “pueblo chino nunca permitirá a ninguna fuerza extranjera hostigarnos, oprimirnos o esclavizarnos.

¡Quien sea que lo intente se encontrará un baño de sangre frente a la Gran Muralla de Acero construida por 1.400 millones de chinos!” No es una declaración “agresiva” sino de determinación de defensa.

Otro punto crucial en la intervención fue reiterar el objetivo de reunificación nacional y la advertencia, a quienes juegan a estimular la separación definitiva de Taiwán, de la determinación a “aplastar resueltamente cualquier plan de independencia”.

Recordatorio oportuno para que no olviden sus compromisos con el principio de una China y de que el único camino es promover la solución pacífica de un problema vital e irrenunciable para China y por ello, ante los crecientes desafíos externos, el líder chino llamó a “acelerar” la modernización de sus Fuerzas Armadas. A quienes retroalimentan la creencia absurda de poder parar el desarrollo del país, el discurso fue enfático en asegurar que el auge chino es “irreversible”. Algunos medios reconocen que “China parece imparable”.

Xi Jinping reivindicó el éxito nacional para el liderazgo del partido, “espina dorsal del país”, y a que dentro del mismo “la idea de la nación china siempre fue y sigue siendo lo más importante, la idea de una nación unida, que es la base de su identidad”.

¿Quién puede cuestionar la responsabilidad del PCCh en los niveles de bienestar social alcanzado? Superando situaciones internas críticas y contradicciones externas, el partido abrió una fase de apertura y reforma que le condujo en tiempo sin precedente a niveles protagónicos.

El país nunca ha invadido a nadie y sustenta sus relaciones bilaterales en el respeto sin mirar el color político de los gobiernos, son credenciales que le granjean la amistad internacional.

Su “socialismo con características chinas” es una reafirmación de que cada cual debe buscar su propio camino. Sus experiencias de desarrollo son asimilables al margen de preferencias ideológicas, basta la determinación de buscar el bien común.

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