Teatro Nacional
19 de noviembre de 2024
Muy buenas noches.
Distinguidos miembros del cuerpo diplomático radicado en el país.
Señores José Luis y Ana Mary Corripio, mis abuelos.
Señores José Alfredo y Laura Corripio, Rafael y Ana Barceló, Manuel y Rafaela Corripio, mis tíos.
Alejandro y Lucía González, mis padres.
Señora Carmen Heredia Guerrero.
Señor Guillermo Cordero.
Don Manuel García Arévalo
Doctor Pedro Pablo Paredes Vallejo.
Nuestros galardonados en esta noche.
Damas y caballeros.
Sean todos bienvenidos a esta nueva entrega de los premios Fundación Corripio 2024.
En el año 2007, la Fundación Corripio crea los premios que llevan su nombre: “Premios Fundación Corripio”, como iniciativa de la institución para reconocer y premiar la extraordinaria labor de hombres, mujeres e instituciones que por años han ejecutado un maravilloso trabajo a favor de la cultura y la sociedad dominicana.
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Desde entonces hemos realizado 17 ediciones del premio, con el reconocimiento a 52 profesionales e instituciones que se destacan por su labor en las categorías de Ciencias Sociales y Jurídicas, en Ciencias Naturales y de la Salud, Arte y Comunicación. Además del reconocimiento de la labor de 100 instituciones a propósito de celebrarse en el 2017 el centenario de la llegada de la Familia Corripio a República Dominicana.
El pasado año y por decisión unánime de los miembros de la junta de la Fundación Corripio, a los integrantes de la cuarta generación de nuestra familia se nos ha otorgado el honor de pronunciar el discurso central de la entrega de estos premios, siendo esta la segunda ocasión en que asumimos con orgullo esta responsabilidad y que hoy recae en mí.
En el ejercicio de prepararme para este momento, anduve investigando sobre la historia de estos premios y encontré el primer discurso pronunciado por nuestro abuelo Pepín, quien manifestó en dicha ocasión, cito: “El mayor deseo y objetivo de nuestra fundación sería, entre otros, colaborar con el desarrollo de la cultura y otras actividades que contribuyan al bienestar de la sociedad dominicana”. Al mismo tiempo ratificó que “el motivo primario de la Fundación, dotada exclusivamente con recursos familiares, es una muestra de expresar parcialmente nuestro ilimitado agradecimiento al pueblo dominicano por la bondadosa acogida que ha dado a nuestra familia desde hace más de 90 años”. Esta cita de abuelo no solo son palabras bonitas, sino que he sido testigo fiel de este agradecimiento a mi querido pueblo dominicano donde nací y donde nuestra familia ha arraigado de forma definitiva su futuro.
El ser humano como hilo conductor de la narrativa del discurso.
Desde entonces y de manera ininterrumpida, la fundación ha puesto la mirada en el trabajo de decenas de dominicanos y dominicanas, hombres y mujeres que hacen la diferencia en nuestra sociedad, incidiendo de manera directa en la calidad de vida de nuestros ciudadanos a partir de la construcción y funcionamiento de las comunidades que son impactadas con el resultado de sus trabajos.
Queremos reconocer al ser humano como eje central de la sociedad, fundamentando su papel como el cimiento mismo sobre el cual se construye una comunidad y por ende el crecimiento y desarrollo del país, permitiendo crear los vínculos, normas y valores que le dan forma a nuestra sociedad.
Asimismo, a través de la promoción del talento y el conocimiento de nuestros profesionales, estamos contribuyendo a enriquecer el tejido social. Respetando la diversidad como elemento fundamental y fomentando la innovación y la creatividad para dar respuestas a los diferentes desafíos que nos traen los nuevos tiempos. Es importante destacar cómo la labor desarrollada por estos destacados profesionales, inciden en la dignidad del colectivo para construir sociedades más justas y equitativas, permitiéndonos junto con los galardonados, abordar el desarrollo desde una perspectiva integral, inclusiva, que no solo considera el crecimiento económico sino también el bienestar social y la protección del medio ambiente, garantizando un futuro más sostenible y una sociedad más justa.
Teniendo al ser humano como norte, llegamos a esta décimo- séptima edición de los Premios Fundación Corripio, reconociendo la labor de cuatro profesionales dominicanos destacados en diferentes áreas y el trabajo realizado por una institución a favor de la comunidad donde se encuentran.
Sobre los galardonados
Iniciemos con doña Carmen Heredia Guerrero. Hablar de su trayectoria nos permite hacer un recorrido por la historia y evolución del arte en todas sus manifestaciones. Una vida dedicada a documentar el trabajo de nuestros artistas en diferentes disciplinas.
Ha realizado estudios en producción y gestión de espectáculos, administración de empresas y, en el ámbito artístico, ha estudiado ballet, música y teatro.
Su carrera profesional incluye roles de liderazgo en el Ministerio de Cultura, el Teatro Nacional, el Ballet Nacional y la Dirección General de Bellas Artes, además de experiencia como crítica de arte en periódicos como Listín Diario y Hoy. También ha ocupado cargos internacionales en organizaciones vinculadas al arte.
A doña Carmen nuestro reconocimiento y agradecimiento por la excelente labor realizada en la promoción de lo mejor de nuestro arte.
Al escuchar su nombre es inevitable pensar en grandes producciones teatrales que han marcado su huella sobre las tablas: Guillermo Cordero. Destacado productor, director y coreógrafo dominicano. Se formó en danza, coreografía, producción y dirección en prestigiosas instituciones de Nueva York, como el Alvin Ailey American Dance School, Phil Black Dance Studio, y New York University. Ha dirigido y producido numerosas obras y espectáculos, por los cuales ha recibido múltiples premios y reconocimientos. Hoy reconocemos la vida de este artista, quien ha engalanado nuestros escenarios enriqueciendo el acervo artístico y teatral de nuestro país.
Don Manuel Antonio García Arévalo, empresario e historiador, realizó estudios de administración de empresas en Unapec y obtuvo una licenciatura en Historia en la Universidad Católica Santo Domingo, además de realizar cursos especializados en Arqueología y Antropología.
Ha ocupado importantes cargos en el sector empresarial, así como servidor público desde el tren gubernamental. Además ha participado en diversas organizaciones empresariales y culturales del país. Es un orgullo para nuestra fundación reconocer la trayectoria y la entrega de la labor realizada por Don Manuel Antonio García Arévalo.
Pedro Pablo Paredes Vallejo, médico psiquiatra, graduado como Doctor en Medicina en 1971 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Realizó estudios de especialización en Psiquiatría en Londres, donde también se formó en trastornos de la alimentación, psicogeriatría y neuro-psico-farmacología.
Ha tenido una destacada carrera académica, impartiendo clases en varias universidades dominicanas y con más de 25 años de experiencia en la enseñanza de posgrado en Psiquiatría. Es un privilegio y verdadero honor para esta fundación reconocer la trayectoria y el legado del doctor Pedro Pablo Paredes Vallejo.
La historia del Centro Juvenil Ignaciano se cuenta a través de la vida de 1,300 jóvenes de diversos continentes, promoviendo su crecimiento humano y espiritual a través de la Espiritualidad Ignaciana y el Carisma Apostolino. Se enfoca en jóvenes de 18 a 35 años, ayudándoles a encontrar sentido en sus vidas y a conectarse con sus inquietudes y deseos. Su misión es acercar a los jóvenes al Corazón de Jesús y guiarlos hacia una vida plena y significativa.
Para la familia Corripio Alonso es un honor galardonar en este año al Centro Juvenil Ignaciano, por sus indiscutibles méritos como entidad al servicio de los ciudadanos. Por brindar su apoyo a numerosos jóvenes de la comunidad, desde una perspectiva de desarrollo humano y espiritual, basada en sólidos principios y valores cristianos inspirados en el ideal ignaciano, con el fin de fomentar su integración familiar y social.
Cuarta generación
Para todos los galardonados en el día de hoy, nuestro agradecimiento sincero por sus aportes y por hacer de nuestro país una mejor nación a través de su legado.
No puedo terminar sin antes enviar un mensaje para los miembros de la cuarta generación de nuestra familia.
Esta historia inició a escribirse hace poco más de 100 años y se ha sustentado en el compromiso de contribuir al desarrollo y crecimiento social y económico de todos los dominicanos a partir del trabajo honesto, y el apego a valores que han identificado esta trayectoria y que han permanecido de generación en generación.
Ahora nos toca a nosotros ir tomando el timón para continuar el camino. Nos corresponde a nosotros continuar escribiendo los próximos capítulos de esta historia y escribirlos con el mismo entusiasmo y compromiso que lo han hecho nuestros antecesores apegados a la humildad, a la coherencia de nuestro discurso con nuestras acciones, respetando la visión clara y la determinación incansable de quienes nos anteceden.
Cada generación anterior ha dejado su huella, contribuyendo a la construcción de una historia colectiva que nos define. Ahora el compromiso es nuestro de continuar reconociendo estos aportes, de aprender de ellos y de integrarlos en nuestra visión del mundo, siempre apegado a principios éticos.
Seguiremos preparándonos para tomar decisiones que afecten, no solo nuestro presente, sino también el futuro de las generaciones que vendrán y que al igual que nosotros podrán sentirse orgullosos. Continuar en preservar lo construido hasta el momento y el compromiso de seguir trabajando para enriquecerlo y transformarlo, sentando las bases para un futuro más inclusivo y sostenible.
Gracias a todos por acompañarnos y sigamos celebrando esta noche el conocimiento, el talento, la creatividad y la innovación.
Buenas noches.