Praga.- Una pequeña casa -práctica y funcional- para personas sin techo, cuyos gastos se financian con la publicidad de unas enormes vallas publicitarias adosadas en sus paredes.
Aunque de momento esta idea es sólo un proyecto, ya ha despertado un gran interés entre los anunciantes de Eslovaquia, país donde ha surgido esta iniciativa que pretende ofrecer una vivienda digna a quienes carecen de ella.
Sin excesivos lujos, en los 18 metros cuadrados de planta caben dormitorio, cocina, cuarto de baño y un pequeño estudio, gracias a que la superficie útil se aumenta ligeramente por la distribución en dos niveles.
Estas viviendas estarían instaladas cerca de carreteras, serían triangulares para aprovechar la visión desde ambas direcciones, y se fabricarían con madera, cimientos de hormigón y tableros de conglomerado, con un coste total de unos asequibles 5.000 euros.
«Pensamos primero en las personas sin hogar, ya que los ingresos publicitarios deberían cubrir los gastos de energía», explica a Efe Matej Nedorolik, del estudio de arquitectos Gregory Ad Solutions, que lanzó esta idea de corte social en la ciudad de Banska Bystrica.
El arquitecto eslovaco aclara que «será importante establecer la forma de elegir a los ocupantes de estas casas, es decir, fijar los criterios que deberán cumplir o respetar».
También está por precisar el régimen de propiedad de este nuevo tipo de vivienda, cuyos detalles pueden verse en la página web www.projectgregory.com.
Por las reacciones positivas habidas hasta ahora, sobre todo en la opinión pública internacional, los creadores del proyecto tienen interés en explorar también otro tipo de ocupantes, más allá de los eslovacos sin techo.
En Eslovaquia el proyecto se justifica fácilmente, ya que los ingresos medios de una valla publicitaria en ese país se estiman en 150 euros al mes, importe que cubre la electricidad para el alumbrado del cartel y los gastos energéticos de la casa.
«Pero es muy probable que el precio de esta publicidad ligada a la casa-valla aumente mucho más por el grandísimo interés que ha despertado en los medios de comunicación», añade Nedorolik.
Su estudio de arquitectura ha concebido unos modelos que, con el principio de absoluta gratuidad, pretende extenderlos a las necesidades de cada lugar, en función de sus infraestructuras.
Sus creadores no los han patentado ni exigirán ninguna comisión por el uso de esos diseños, que podrán ser modificados por otros arquitectos y diseñadores en régimen de código abierto.
Los prototipos actuales son aptos para poblaciones con acceso a redes de agua y electricidad, por lo que requieren de esas infraestructuras básicas.
«De momento no tememos ningún acuerdo internacional, pero estamos abiertos a esa cooperación. Los extranjeros perciben este proyecto de forma muy distinta a los eslovacos, y cada día nos contacta gente que quiere ver este proyecto realizado en sus países», explicó el arquitecto en declaraciones vía correo electrónico a Efe.
Sobre la colocación de las casas-valla, Nedorolik reconoció que hacerlo junto a autopistas y autovías puede crear algunos problemas a sus inquilinos, no sólo de ruidos sino también de seguridad.
Reconoce que «allí será más complicado, porque existen más riesgos debido a los altos límites de velocidad», a diferencia de los pueblos, donde la velocidad máxima es de 50 kilómetros por hora, y las carreteras secundarias, con sus 90 kilómetros por hora.