Los propietarios son moradores del barrio La Puya, que crían a estos animales en el entorno, con el objetivo de su reproducción y venta, sin guardar las debidas medidas de salubridad pecuaria y en desmedro de las propiedades y la salud de moradores cercanos.
La Procuraduría para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos Naturales (Proedemaren) retiró más de una docena de vacas y cerdos que deambulaban en los linderos de un arroyo en La Puya, de Arroyo Hondo, y emplazó a los criadores a detener la práctica que contamina agua, suelo y aire de todo el sector.
Los propietarios son moradores del barrio La Puya, que crían a estos animales en el entorno, con el objetivo de su reproducción y venta, sin guardar las debidas medidas de salubridad pecuaria y en desmedro de las propiedades y la salud de moradores cercanos.
Aunque el lugar se conoce como la cañada de La Puya, se trata de un arroyo, afluente del río Isabela, con pequeños humedales, que igual recibe alta carga de desechos de los sectores aledaños.
Además de la crianza de los animales, sus propietarios construyeron corrales y chiqueros en toda la extensión de las márgenes del afluente.
El operativo estuvo dirigido por el fiscal Rudy Alberto Pérez, acompañado de otros funcionarios de la Proedemaren.
Con anterioridad, el organismo había visitado el lugar y ofreció un compás de espera para el retiro voluntario de los animales, pero los criadores no solo incumplieron el plazo, sino que lo aprovecharon para incrementar la crianza.
En este reciente operativo, por razones logísticas, la procuraduría especializada ocupó solo parte de las decenas de cerdos y vacas dispersos por el lugar, condicionado su devolución a que los propietarios liberen la zona por completo.
La intervención contó con el apoyo del Departamento de Protección Animal de la Procuraduría General de la República, así como de agentes de la Policía Nacional.