Estados Unidos ha sido la potencia que los dominicanos hemos tomado como ejemplo para imitar cosas buenas, malas y disparates, destacándonos más en lo copiado inútil o perjudicial que en lo realmente beneficioso. Por eso entiendo que deberíamos tomar como modelo una parte de lo que ellos hacen con su población de inmigrantes de todo el mundo, llevándolos de vanguardia o al frente en los conflictos armados, dándoles oportunidades de trabajo en posiciones que los norteamericanos menosprecian y utilizándolos de controladores directos o indirectos de la inmigración ilegal.
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Si aquí hay aproximadamente un millón de haitianos es poco probable que los que ya son más dominicanos que haitianos colaboren con agresiones a la nueva patria que les ha dado albergue y lo menos traumático que pueden hacer es apoyar la gestión de nuestras autoridades para combatir la propaganda maliciosa que nos quiere presentar como verdugos con haitianos honestos y trabajadores, como un empleado que tenemos en nuestro residencial que todos los días me saluda con un “Dios le bendiga hermano”.