A propósito de los controversiales fideicomisos, en mi anterior colaboración me referí al infausto destino de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE). En la misma edición del HOY digital que publicó mi artículo el 12 de enero en curso, había una exposición del destacado comunicador don Ramón Núñez Ramírez, donde lo impactante para mí son los datos que ofrece sobre el fideicomiso de la RD-vial, actual nombre del negocio del peaje en el país, donde explica que “con unos 9 años de creado, los pasivos (compromisos y deudas) de esa entidad ascienden a RD$48,958 millones y el patrimonio fideicomitido es de RD$6,042 millones”.
Si ahora el consorcio volviera a ser propiedad estatal, el Gobierno recibiría una deuda aproximada de 8 veces el patrimonio registrado del fideicomiso. Imaginemos la deuda al terminar los 20 años que le faltan al contrato.
La lectura que deja don Ramón es que no debemos ir tan lejos, como yo, para favorecer la cautela con las alianzas público-privadas, cuando el patrimonio y los mayores recursos los aporta el Estado.