Acaba de partir de este mundo doña Elvia Miller viuda Puig. Nació en Puerto Plata en 1923. Casada con el Dr. José Augusto Puig procreo 4 Hijos: Max, Maribel, Zulamita y Fernando Puig Miller.
La República Dominicana toda y las mujeres dominicanas en particular deben sentir el orgullo de una ciudadana ejemplar que aportó enormemente en los diferentes frentes y escenarios a la construcción de un país mejor: más próspero, más democrático, ambientalmente más equilibrado y sobre todo más justo y más enraizado en sus propios orígenes culturales.
Fue un baluarte en su propia familia. Acompaño siempre al Dr. Puig en todos los esfuerzos por la democratización del país azotado por la tiranía Trujillista, participando activamente en la lucha clandestina en contra del régimen, corriendo los grandes peligros de todos aquellos que osaran enfrentar al Sátrapa.
También supo preservar la familia en medio de los grandes riesgos que conllevaban las actividades democratizadoras a través de una oposición valiente, pero al mismo tiempo inteligente.
Son incontables las actividades que la involucraron en esa lucha tenaz junto al cuido de sus hijos y el ejercicio de siempre de una intensa e incansable labor magisterial.
Fue maestra de generaciones de puertoplateños y de otras partes del país, especialmente desde que la Universidad Autónoma de Santo Domingo abrió su extensión en Mao y luego llego a la Novia del Atlántico. Siempre brindó su apoyo a las causas enarboladas por los movimientos sociales y culturales de su provincia y del país. Apoyaba transformaciones más profundas de la sociedad estimulando a movimientos políticos como los CORECATOS, el Partido Socialista y su periódico El Socialista y luego fue un gran soporte para la conformación y desarrollo del Foro Social de Puerto Plata, entidad que durante los años noventa jugó un gran papel en la promoción de la cultura y el desarrollo integral de Puerto Plata.
Su carrera como maestra de toda la vida tiene dos grandes vertientes: la Académica propiamente dicha en la que obtuvo los mayores lauros, como estudiante y luego en su calidad de profesora. Pero sus mayores dotes las desarrollo como conductora de su familia y como ejemplo de generaciones que pudieron apreciar sus desvelos por apoyar y luego rescatar los restos de los héroes de Maimón y Estero Hondo junto a su compañero el Dr. Puig. Su ejemplo como defensora del patrimonio histórico, cultural y monumental de Puerto Plata. Su ejemplo en acompañar las causas por la defensa de los derechos ciudadanos y en particular las luchas de las mujeres.
Doña Elvia fue un ejemplo de superación permanente y aprendizaje continuo. Al fallecer contaba con 98 años de edad en plenas facultades mentales y hace apenas 3 años concluyo un post grado virtual de la Universidad Complutense de Madrid. Fue un ejemplo de servicio y solidaridad, no solamente con sus familiares y allegados, sino que en donde hubiese una causa justa que defender allí estuvo ella con su sabiduría, el temple y el carácter forjado durante toda una vida plena de bondad y de integridad. Hasta siempre querida Doña Elvia. Mil gracias por su estirpe, sencillez e imperecedero ejemplo.
Ciudadana ejemplar que aportó a la construcción de un país mejor
Fue maestra de generaciones de puertoplateños y de otras partes del país
Doña Elvia: ejemplo de superación permanente y de aprendizaje continuo