En apenas seis días, el Presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, ha entregado a la nación dos discursos extraordinarios. En el primero, pronunciado el 10 de julio, anunciaba su sorprendente decisión de rechazar otra nominación partidaria para continuar presidiendo, a partir del próximo 16 de agosto, la Cámara Alta, cargo que ha desempeñado sucesivamente desde el 2006, momento de su elección.
Su segunda alocución trascendió el pasado miércoles, cuando presidió la sesión solemne de las cámaras legislativas en honor de Ban Ki-Moon, el secretario general de la ONU, quien habló ante el Congreso durante su visita oficial a Santo Domingo.
Ambas peroraciones contienen rasgos inherentes a la personalidad política de Pared Pérez, un abogado capitaleño, que concomitantemente ocupa desde hace más de una década la secretaría general del PLD. En la primera, sobresale una sutil maniobra estratégica que expone su determinación a alcanzar la candidatura presidencial de cara a los comicios del 2016 y a presionar, con ese propósito, a sus rivales en la búsqueda del competitivo equilibrio interno,
El segundo discurso desveló a un duartiano activo, pues fue el único dirigente en toda la geografía nacional quien recuerda que el 16 de julio de 1838, “fue concebida y constituida por nueve dominicanos ejemplares encabezados por Juan Pablo Duarte, la sociedad secreta La Trinitaria”, germen de la nacionalidad dominicana.
Al propio tiempo, le enrostró a Ban Ki-Moon que “el país ha sido objeto y centro de una infamante, difamatoria y desconsiderada campaña”, a raíz de la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional sobre la nacionalidad dominicana. Enfáticamente, negó la discriminación a los haitianos por razones de raza o color.
Fue un discurso expresivo, pensado y dirigido al jefe de la ONU, el organismo global que presumiblemente auspicia la unificación de la Isla Hispaniola.