Por encima de las luchas partidarias, que en tiempos electorales suelen calentar el ambiente, pienso que nuestros políticos tienen una responsabilidad social de cordura ante la sociedad y más si se cuenta en su aval haber sido presidente en tres ocasiones elegido por el voto de la mayoría de los dominicanos que consideraron, que en su momento, usted era la mejor opción para el país.

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Sostengo que nuestra democracia, con sus defectos y deficiencias, es el sistema que la mayoría del pueblo desea y eso debe ser respetado por los políticos que debieran preocuparse por la gran abstención que se experimentó en el pasado proceso electoral en vez de tratar de desacreditar unas elecciones que, pese a algunos inconvenientes menores, fueron alabadas por los observadores internacionales que nos visitaron.

En vano ejercicio retórico, el doctor Fernández, poco después de reconocer el triunfo electoral del doctor Luis Abinader, se destapa con un artículo de una página en el que concluye afirmando: ”En resumen, más que ganar unas elecciones, lo que el gobierno hizo fue comprar unas elecciones. Eso fue todo, y nada más”. Ante esa temeraria afirmación cabe preguntar: ¿el triunfo de su hijo Omar Fernández en la senaduría del Distrito Nacional, fue también producto de una compra?