En este llamado Mes de la Patria, cabe reflexionar acerca del título que corresponde darle a los principales actores del proceso de la independencia nacional. Por ejemplo en México, al Cura Miguel Hidalgo se le considera el Padre de la Patria, porque fue quien inició con su “Grito de Dolores” el proceso de independencia de ese país, aunque solo llegó a controlar un pequeño territorio y poco después fue capturado y fusilado. El Libertador fue Agustín Iturbide en 1821, quien había sido procericida del héroe independentista Morelos como Virrey Colonial, y poco después traicionó a la República proclamándose emperador; y en cambio Benito Juárez es el Apóstol de la libertad y héroe de la Restauración de la República en 1867.
En Venezuela, el Padre de la Patria y principal apóstol de la independencia fue Miranda, quien proclamó la independencia en 1811, aunque fue derrotado poco después. Bolívar fue El Libertador, quien lo intentó varias veces y finalmente lo logró para los países de la Gran Colombia; Colombia, Venezuela y Ecuador, así como Perú, Bolivia y Chile.
En Cuba, Carlos Manuel de Céspedes pronunció la independencia y presidió la República en armas desde 1868 al 1878; por lo que se le reconoce como el Padre de la Patria; aunque España predominó hasta 1898. José Martí fue el Apóstol, que organizó la nueva etapa de la lucha independentista en 1895, pero lamentablemente cayó poco después en combate, por lo que al dominicano Máximo Gómez se le reconoce como El Libertador, aunque bajo un mando civil.
En la República Dominicana, el Padre de la Patria lo es técnicamente José Núñez de Cáceres, quien proclamó el primer Estado independiente (a Independencia Efímera), el 1ro. de diciembre del 1821 y llegó a controlar casi todo el país hasta el 9 de febrero del 1822, fecha en que Boyer llegó a Santo Domingo con un ejército y proclamó la fusión con Haití. Luego le correspondió a Juan Pablo Duarte ser como Martí, el Apóstol y organizador inicial del movimiento independentista del 1844; pero su exilio le impidió dirigir la gesta del 27 de febrero, que lo hicieron Sánchez, Mella y Bobadilla. Este último asumió su dirección al otro día, el 28. Luego Pedro Santana, con su don de mando y sus hateros se impusieron, por lo que fue más un agente heróico que Libertador propiamente dicho, quienes asumieron desde entonces una política de búsqueda afanosa del protectorado o anexión a una potencia extranjera, hasta que la anexó a España en un acto de traición. Duarte fue marginado de la lucha independentista y se quedó en Venezuela.
Por los ejemplos anteriores y otros más como en Centroamérica, que sobra mencionar, queda claro que la gran misión cumplida por Duarte fue la de ser el gran apóstol de la libertad dominicana; aunque no el Padre de la Patria, ni El Libertador propiamente dichos, sin faltar a la verdad histórica. Pero igual que Martí en Cuba Duarte es el gran héroe de la patria, porque sin alardes racistas ni manifestaciones de xenofobia, fue quien inculcó a los dominicanos más que nadie la identidad nacional y la voluntad de ser libres de toda dominación extranjera.