POR DOMINGO ABREU COLLADO
Hotspot el caribe
La ecorregión terrestre prioritaria (ETP) o hotspot del Caribe está compuesta por tres grandes grupos de las islas ubicadas entre Norte y Sudamérica: las Bahamas, las Antillas Mayores y las Antillas Menores. Sin el sur de Florida y sus islas debido a que dicha región posee mayores afinidades florísticas con el resto del continente, cuenta con pocos endemismos y ha desempeñado sólo una función marginal en la historia fitogeográfica de las Antillas (Graham, 2003).
El Caribe varía en cuanto a sus afinidades florísticas pero sus islas tienen en común una historia de contacto limitado con las diversas biotas del continente. Como consecuencia, sus biotas comparten un carácter oceánico que se manifiesta en la representación algo baja de taxa superiores, aunque también poseen una diversidad extraordinaria dentro de los grupos filéticos presentes.
En la literatura anglosajona, a la ETP del Caribe se le conoce como Indias Occidentales (West Indies). Nuestra definición difiere sólo en algunos detalles menores respecto a una región biótica definida por James Bond en su Birds of the West Indies (1936). Las Indias Occidentales tienen una superficie terrestre de sólo 229,549 kilómetros cuadrados. Las cuatro islas mayores, Cuba (105,806 kilómetros cuadrados), la Española (79,929 kilómetros cuadrados), Jamaica (11,190 kilómetros cuadrados) y Puerto Rico (9,100 kilómetros cuadrados), conforman más de 90% de la superficie terrestre de la ETP, pero las innumerables islas pequeñas albergan un número de especies endémicas fuera de proporción respecto a su tamaño. En términos geológicos, las Indias Occidentales son una combinación de antiguas regiones de la placa tectónica del Caribe (Cuba, Jamaica, La Española, Puerto Rico, las islas Vírgenes y sus islas satélites), cimas de volcanes (el arco volcánico activo desde Saba hasta Granada) y plataformas de caliza apenas elevadas (las Caribes, desde Sombrero hasta Barbados, además de las Bahamas, las islas Caimán, las sureñas Antillas Holandesas y la isla de Aves). Las alturas fluctúan desde más de 3,000 metros (la cumbre del Pico Duarte) hasta una depresión desértica de 40 metros bajo el nivel del mar, ambos en La Española.
La vegetación es variable debido a las influencias del clima y la historia terrestre. Las islas situadas en las partes bajas tienden a ser semiáridas y la mayoría se encontraban ocupadas en su mayoría por matorral subhúmedo perennifolio y selva baja subhúmeda perennifolia, con sabanas existentes en algunas partes de Barbuda, Jamaica y Puerto Rico (en donde la precipitación anual promedio en las elevaciones bajas es tan sólo de entre 300 y 600 mm). Por otro lado, los ambientes más húmedos tienen lugar en donde los vientos alisios chocan con las cumbres más altas del Caribe, lo que da origen a una variedad de comunidades forestales húmedas tropicales, como bosque de marismas, varios tipos de bosque estacional, bosque de montaña y bosque subalpino (Beard, 1955), en las regiones más húmedas, alrededor de las lagunas y en la desembocadura de los ríos, humedales permanentes salobres y de agua dulce dan paso a extensos manglares. El bosque lluvioso de las tierras bajas ha quedado casi destruido por completo.
La diversidad en esta ETP
La diversidad y el endemismo de las plantas son muy altos; existe un total estimado de 13,000 especies en la región del Caribe (Davis et al., 1997), incluyendo quizá 6,550 endemismos por cada isla. La flora de Cuba es en particular rica, con un estimado de 6,505 especies de plantas vasculares, de las cuales 3,224 son endémicas (Davis et al., 1997), lo que representa 54% de las plantas endémicas de toda la ETP, por lo que Cuba calificaría de género, el endemismo es también muy alto en estas islas. De un estimado de 2,500 géneros de plantas de semilla en el Caribe, 204 géneros de angiospermas y un género de gimnospermas (Microcycas) son endémicos de las Antillas Mayores. De éstas, 118 están restringidas a islas únicas. Entre las familias importantes con géneros endémicos se encuentran Asteraceae (32), Rubiaceae (30), Euphobiaceae (14) y Leguminosae (13). Existe una familia endémica de plantas, Goetziaceae (Davis et al., 1997). Inclusive los musgos, con distribuciones amplias, poseen cerca de 500 especies, con un grado de endemismo alrededor de 10% (Delgadillo et al., 1995).
La diversidad y el endemismo de los vertebrados de esta ETP son dignos de atención. Los mamíferos están representados por 89 especies, 41 endémicas, entre ellas dos familias endémicas: los solenodones o almiquíes (Solenodon spp.), con dos extrañas especies parecidas a musarañas gigantes y una amplia dispersión de roedores llamados hutías (familia Capromyidae). La región alberga 15 géneros endémicos, incluyendo el género Brachyphylla de los murciélagos frugívoros, con dos especies.
Las aves están representadas por 607 especies, 167 endémicas, y muchas de ellas están restringidas a pequeñas zonas dentro de las islas. Resulta notable que 35 géneros sean endémicos y existen también dos familias endémicas: la cigua palmera (Dulus dominicus) de la familia Dulidae y los cortacubas (Todidae). La lista de aves incluye algunas especies emblemáticas importantes, como la cotorra de San Vicente (Amazona guildingii, VU), la cotorra de Santa Lucía (A. versicolor, VU), la cotorra imperial (A. imperialis, EN) de Dominica, el colibrí abeja cubano (Mellisuga helenae), el ave más pequeña del mundo, y el pájaro carpintero con pico de marfil (Campephilus principalis, CR), registrado por última vez en Cuba en 1987.
Los reptiles del Caribe
La ETP del Caribe es rica en reptiles pues cuenta con 499 especies nativas, 486 de ellas endémicas. Existen también varias y grandes dispersiones evolutivas de lagartijas, como las anolis o chipojos (anolis; 154 especies, 150 endémicas), que colocan sus colas en forma de rosca mientras corren. Existen 11 especies de iguanas terrestres (Cyclura), incluyendo algunas que miden más de un metro de largo y una de color azul (C. lewisi); una de estas especies, la iguana jamaiquina (C. collei, CR), está confinada a las colinas Hellshire en Jamaica. Una especie considerada como un antiguo relicto dentro de la familia Xantusiidae de las lagartijas, Cricosaura typica, sólo se encuentra en una zona remota de la parte oriental de Cuba. Entre las principales radicaciones de serpientes se encuentran boas de gran tamaño (Epicrates, nueve especies), un género de serpientes con un patrón bien definido que cambian de color (Tropidophis; 26 especies, todas endémicas), culebras corredoras (Alsophis; 13 especies, todas endémicas) y algunas víboras excavadoras muy delgadas (Typhlops y Leptotyphlops), entre las que se encuentra la víbora más pequeña del mundo (L. bilineata,108 milímetros). La víbora cascabel de Aruba (Crotalus unicolor, CR) sólo se encuentra en esa isla.
Nuestra fauna anfibia
Las 165 especies nativas de anfibios son ranas, de las cuales 164 (99%) son endémicas de la región. Casi todas son endémicas de islas únicas. Entre las ranas predomina el género Eleutherodactylus (139 spp.), ranas de bosque que ponen huevos en tierra de los cuales salen ranas adultas en tamaño miniatura, sin pasar por la etapa de renacuajo. Una especie cubana (E. iberia, CR) es el tetrápodo más pequeño del hemisferio norte, con una longitud de sólo 10 milímetros, mientras que una especie dorada de Puerto Rico, tal vez extinta, sea una de las pocas especies vivíparas de anuros conocidas en el mundo. Una de las ranas arborícolas más grandes (Hylidae), la rana roncadora jamaiquina (Osteopilus crucialis, EN), tiene una longitud de unos 120 milímetros y habita en Jamaica, en donde los machos de esta especie, que presenta una tendencia declinante, emiten un fuerte ronquido desde el interior de gigantescos troncos de árboles huecos. Los sapos (Bufo; 11 especies) también se han dispersado en las Antillas y ya se han puesto en marcha programas de reproducción en cautiverio para el sapo concho de Puerto Rico (B. lemur, CR). Una especie de rana comestible endémica de Dominica y Monserrat, el pollito de las montañas (Leptodactylus fallax, CR), es una de las ranas más grandes del hemisferio occidental, pero ha disminuido rápidamente en número debido al consumo humano, la pérdida del hábitat y una epidemia de quitridiomicosis que tuvo lugar en Dominica.