La destacada educadora venezolana Joan García, formada en la Universidad Metropolitana de su país y con una especialización en desarrollo infantil de la Universidad Católica Andrés Bello, advirtió que es importante impulsar la inteligencia emocional en la educación preescolar, porque los primeros años del ser humano, son fundamentales para el desarrollo de las habilidades emocionales y sociales.
“Tras mi llegada a los Estados Unidos, en el año 2015 y al asumir la dirección de un prestigioso preescolar, identifiqué oportunidades únicas para influir en la educación, reconociendo el papel crucial de los docentes en la vida de los niños y, sobre todo, viendo una necesidad clara de un programa centrado en la inteligencia emocional”, explicó la docente.
Es así que, como una respuesta a tales realidades, surge su proyecto de inteligencia emocional, para niños con edades entre 3 a 5 años.
“El programa tiene como objetivos principales el reconocimiento de las emociones; es decir, que los niños reconozcan y diferencien los distintos tipos de emociones y puedan relacionarlas con eventos cotidianos; la autoconciencia emocional; para que estos niños logren identificar y reconocer sus propias emociones durante situaciones diarias y la gestión emocional; que les permite utilizar la información sobre sus emociones para guiar sus pensamientos y acciones”, detalló García.
Unos objetivos que la experta entiende, redundarían en numerosos beneficios para el desarrollo integral de los infantes.
“Este programa busca mucho más que la simple identificación de emociones. Participando en él, los niños desarrollarán su inteligencia emocional, aprendiendo a gestionar sus propias emociones y a empatizar con las emociones de los demás”, explicó.
En ese mismo tenor, la ex directora de la Unidad Educativa San Juan Bosco, externó que el proyecto también promueve “el desarrollo de habilidades sociales esenciales como la comunicación y cooperación a través de actividades grupales y discusiones”.
Joan finalizó asegurando estar convencida de que dicho enfoque fortalecería la formación de los niños desde una edad temprana.
“Mi esperanza es que este proyecto se convierta en un estándar en la educación preescolar en Estados Unidos y establezcamos una base sólida para el futuro de cada niño», enfatizó.