Los techos de las casitas que se visualizan desde las cabinas del Teleférico de Santo Domingo a lo largo del trayecto, fueron pintadas de colores en su azotea y con algunos diseños incluidos, para crear un efecto ornamental en los usuarios.
Esta iniciativa de las autoridades que incluyó también la pintura de paredes de algunas viviendas, ha recibido críticas diversas de personas que en algunos casos valoran la acción, y en otros la contradicen.
Los que se expresan en contra de la iniciativa señalan que con las pinturas el Gobierno pretende ocultar parte de las carencias de esos sectores marginados, visualizada a través de las condiciones que exhiben cada una de las viviendas.
Mientras que otros entienden que las críticas sobre las pinturas colocadas en la azotea y otras que se han producido en torno a la obra de transporte aéreo por cable siempre existirán, debido a la naturaleza de inconformidad con todo que exhiben algunas personas.
Independientemente de las intenciones que en uno u otro lado haya querido dejar el Gobierno, la realidad es que desde las góndolas del Teleférico de Santo Domingo llama la atención la cantidad de azoteas pintadas, muchas de las cuales se les realizó diseños específicos para «hermosear» con el arte el panorama visual.
El Teleférico de Santo Domingo fue inaugurado ayer por el presidente de la República, Danilo Medina, en un acto contó con la presencia de los principales funcionarios de su gobierno y otras personalidades invitadas.
Al medio de transporte, que traspasa en su recorrido los municipios Santo Domingo Norte y Santo Domingo Este, tendrán acceso los habitantes de los sectores Gualey, Los Tres Brazos y Sabana Perdida.