Las filiales en el exterior del 1J4 sirvieron para internacionalizar la causa dominicana, al tiempo de propiciar la creación de redes de solidaridad con otros movimientos revolucionarios en América Latina y el Caribe. Ciertamente, en las filiales jugaron un papel clave los exiliados políticos antitrujillistas, pero también los estudiantes y trabajadores dominicanos que tenían el deseo de aportar su granito de arena en la lucha por la libertad y la justicia social que se libraba en Santo Domingo. Una vez establecidos los comités y seccionales en el extranjero a las labores partidarias de la organización se incorporaron Rafael Mejía Lluberes, Fidelio Despradel, Francisco Antonio Avelino y Ramón Cáceres, procedentes de Nueva York. Desde España vino al país Francisco Noriega Objío, mientras, desde Venezuela llegaron Juan Miguel Román, Francisco A. Carvajal Martínez, Luis Gómez Pérez, Luis Genao Espaillat, José Frank Tapia, entre otros. También Rafael “Pipe” Faxas y Rafael Calventi arribaron a las costas dominicanas desde Argentina.
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Tony Raful, en su libro “Movimiento 14 de Junio. Historia y documentos”, explica que “la no inclusión de ninguno de ellos en la formación del comité central ejecutivo se explica por su ausencia del país en esos momentos”. En el primer número del periódico El 1J4, en cuya portada se le rinde homenaje a los padres de la patria, Duarte, Sánchez y Mella, el cual salió a la luz pública el 19 de agosto de 1961, se deja constancia de los comités en Caracas, Nueva York, Buenos Aires, Curazao, y San Juan de Puerto Rico. Entre las principales filiales destaca la ubicada en Nueva York cuya ciudad en Estados Unidos albergaba una gran cantidad de dominicanos que organizaron manifestaciones, eventos culturales y actividades pro-recaudación de fondos. Esta filial tuvo un papel importante en la difusión de información sobre la situación dominicana especialmente en el tema de los derechos humanos, lo que ayudó a visibilizar los abusos y violaciones de derechos que se cometieron durante el régimen de Trujillo.
Tanto los comités de Nueva York, como el de San Juan de Puerto Rico, fueron constituidos por miembros residentes en esos territorios, que recibieron sus respectivas credenciales entregadas por el jefe de redacción de El 1J4, Ramón Alberto (El chino) Ferreras, en un viaje al exterior que realizara hacia ambas urbes. El comité del 14 de Junio en Nueva York quedó integrado por: Ing. Tomasina Cabral Mejía, presidenta; Joaquín Montero Gómez, secretario: Dickson Ruíz, tesorero; Octavio Amiama, corresponsal de El 1J4; y Dr. Vinicio Calventi, Dr. Hugo Gonell, Dr. Clodomiro Mateo, Carmelo Graciano y otros numerosos compañeros, vocales. De igual forma, en dicha ciudad se creó el Comité de Damas de Nueva York, el cual estaba conformado por: Dominga Asencio, Anna Cánepa Jiménez, Carmen Teresa Hernández-Caba, Lydia Miranda, Gladys Franco viuda De Sánchez, Marinita Hernández de Perdomo, Zaida Cernuda de Batista viuda, Bernardita Asencio de Blanco, Virginia C. de Grisolía, Margarita Batista de Rende, Rosario de Moya de Broche, Gladys González de Rodríguez y Octavia Díaz.
El Comité del 14 de Junio en San Juan de Puerto Rico estuvo integrado por los compañeros Juan Moliné Pichardo, presidente; Tomás Troncoso, Wenceslao Vega Boyrie, Raymundo Robiou Viñas, Federico Bonnelly y otros numerosos compañeros y compañeras en calidad de vocales. El 12 de octubre de 1961 iniciaron sus labores ya que ese día dejaron instalado su local en una de las principales arterias de la capital borinqueña. Es importante tener en cuenta que, por la proximidad geográfica y vínculos históricos, Puerto Rico constituía un punto estratégico para el 1J4. Esto explica la estrecha relación que se desarrolló con líderes y movimientos independentistas puertorriqueños, llevando a cabo acciones conjuntas para denunciar la injerencia imperialista en la región. Se debe resaltar la importancia del Comité del 1J4 en Cuba cuyos vínculos fueron establecidos en un primer momento por el representante partidario en La Habana, Pupo Peguero. Para Manolo, Polo, Pipe y otros destacados dirigentes del movimiento, “el primer territorio libre de América” se veía no solo como una fuente de inspiración sino también como un espacio de solidaridad y apoyo para su causa desde donde vislumbraron e implementaron actividades revolucionarias, tendentes hacia la formación política y militar de sus miembros. Por supuesto, la afinidad de criterios entre la revolución cubana y los miembros del 1J4, se anidaba en la lucha común que ambos proyectos revolucionarios compartían en sus respectivas luchas contra el imperialismo norteamericano y su apoyo directo a las oligarquías y dictaduras en el Caribe.
Otros países importantes fueron Venezuela desde cuyo territorio se coordinaron esfuerzos para enviar recursos financieros y materiales a los miembros del movimiento en República Dominicana, siguiendo la tradición de los exiliados que se organizaron para combatir la dictadura. También en Europa se abrieron filiales del 1J4, particularmente en ciudades como Madrid y París las cuales fueron muy activas en diferentes etapas de la organización por los contactos que manejaban con intelectuales y políticos progresistas. En síntesis, las filiales partidarias que se organizaron en el exterior fueron la continuidad de las redes transnacionales de solidaridad que se crearon durante la dictadura de Trujillo. Su importancia nos recuerda, el papel de la diáspora como actor clave en los procesos de cambio social y político en el país.
En nuestra próxima entrega abordaremos desde la perspectiva sociológica el rol que tuvo el 1J4 en la historia contemporánea dominicana a partir de su condición de “partido de masas”, o mejor aún de “vanguardia revolucionaria”, en el período 1960-1965.
Dr. Amaurys Pérez
Sociólogo e historiador
UASD / PUCMM / Museo de la Dignidad