La epilepsia es una condición médica que se caracteriza por la presencia de convulsiones repetitivas no provocadas que pueden ser parciales, generalizadas, crisis de ausencias, entre otros síntomas.
Bajo rendimiento escolar, problemas conductuales, convulsiones refractarías y muerte, son las consecuencias de no recibir el tratamiento adecuado en las personas que padecen esta enfermedad.
Según la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía, reunida desde ayer en su XXIII en Punta Cana, el 3% de la población dominicana es epiléptica y de ese grupo la mayoría son niños de tres a siete años, a los que se les dificulta recibir tratamiento adecuado.
Esto los pone en riesgo de sufrir complicaciones importantes y secuelas permanentes como retraso mental y parálisis cerebral.
Aunque la enfermedad como tal está cubierta por la seguridad social, solo un limitado número de fármacos aparece en el cuadro de esenciales, lo que representa una situación dramática para pacientes de escasos recursos.
El mercado farmacéutico local dispone de moléculas para el tratamiento efectivo, incluso medicamentos de última generación, a los que a los asegurados del plan básico de salud se les hace difícil acceder.
¨Es urgente que el Estado cree políticas públicas para ayudar en el manejo de los afectados¨, sostuvo la neuróloga Evelyn Lora.
Consideran que entre los medicamento esenciales que distribuye el Estado deben incluirse una lista amplia de medicinas antiepilépticas que permitan mantener controlados los síntomas de esa enfermedad, con lo que se frenaría la estigmatización producto del desconocimiento.
Entienden que en el país hace falta más orientación sobre esa patología, que ayude a desmitificarla y a eliminar los prejuicios.