El pasado lunes 28 se le dio inicio al año escolar 2023-2024 bajo la euforia de las autoridades que en masa acudieron a los planteles seleccionados para la ceremonia de apertura. Todo fue alegría y de caras sonrientes en donde se mezclaban los arteros sindicalistas de la ADP con su carita de yo no fui y el de las autoridades ilusionadas que por fin van a enfrentar un año sin los sinsabores de los años anteriores.

Los tres años anteriores han sido frustrantes para la educación oficial. La calidad de la enseñanza del alumnado es muy deficiente, sobresaliendo las carencias que embrutecen al alumnado cayendo en la ignorancia y mediocridad del magisterio para las matemáticas y la lengua española y ni se diga de las ciencias sociales, historia e intentos de idiomas.

La historia del 4% es triste y dan ganas de llorar al país entero el ver como una cuantiosa inversión en los planteles, sueldos y útiles escolares se ha ido por el drenaje de las cosas que dilapidan por parte de un magisterio que se ha politizado hasta los tuétanos para embrutecer a cabalidad a las generaciones de jóvenes mas pobres y que deben asistir a las escuelas públicas ya que en el sistema privado no tienen cabida por las exigencias de los niveles de ingresos de los padres.

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El territorio nacional esta sembrado de cientos de edificaciones a medio construir cuando en la euforia de los sorteos para la asignación de esas escuelas todo fue un fracaso ya que no había una logística de seguimiento ni de fiscalización que evitaran que los favorecidos con esas obras tomaban el avance y lo invertían para sus gastos personales o se iban al extranjero dejando a las comunidades huérfanas de un plantel decente para que no se continuaran impartiendo clases bajo la sombra de los árboles o destartaladas ranchetas con precarias techumbre de un cinc oxidado o de cana.

Es penosa la situación de la educación a nivel oficial por las acciones del poderoso sindicato magisterial cuya meta dentro de sus planes originales de embrutecer a las generaciones dominicanas y al no existir un mecanismo que evitara esas ocurrencias de malestar y embrutecimiento de las generaciones jóvenes provenientes de los sectores carenciados de la sociedad de manera de alentar el rencor con el famoso odio de clases que ya se creían olvidados desde la caída de la Unión Soviética a comienzos de la década del 90 del siglo pasado.

Los coletazos del resurgimiento de un añoso socialismo del recuerdo es una retranca de la historia haciendo rebrotar esos odios en contra de los pueblos que han podido desarrollarse pese a una clase política corrupta sin capacidad de renovarse o ver la realidad de los tiempos cuando ahora, en contra corriente, se registran retrocesos increíbles para la armonía de las naciones con políticos desubicados que vienen del basurero de la ideología comunista y en sus últimos estertores están haciendo daño a los países cuando parecen ilusionados por un reparto de los patrimonios para malversarlos sin acordarse del ejemplo de lo que se vivió a finales del siglo pasado con el derrumbe del socialismo paralizante y retranca para el desarrollo copiado ahora a cabalidad por las ejecutorias de la ADP.