El abanico tiene su historia

El abanico tiene su historia

El abanico es un instrumento que sirve para mover el aire  y facilitar el fresco cuando la temperatura está calurosa. Su funcionamiento consiste en agitarlo   armónicamente con el  brazo.

Se cree que llegó a china por el siglo XV proviene  de Corea. Primeramente eran usados en ceremoniales, sobre todo de carácter religioso. Se hacían en diferentes formas y con material variado, predominando la pluma y el encaje.

El abanico plegable fue inventado en el siglo VII por los chinos  inspirándose en el mecanismo del ala de un murciélago. Se cree que fueron introducidos en Europa por los Jesuitas. Catalina de Médicis los introdujo en Francia.

En el siglo XVIII el artesano francés Eugenio Prost lo  instaló en España compitiendo con los  franceses e italianos. Ese mismo siglo se crea el Gremio de Abaniqueros y a principios del siglo XIX se funda la Real Fábrica de Abanicos.

El abanico tiene una estructura muy sencilla: 1. Las varillas. Son las tiras rectangulares de material diverso (caña, bambú, plástico…) todas iguales entre sí (de ancho y de largo), y perforadas por igual en uno de sus extremos.

2. El clavillo

Es el clavo o elemento que une las varillas (engarzándolas por su extremo perforado) de un extremo a otro con una cabeza por un lado y que se remacha por el extremo de salida para evitar que se salgan las varillas. Esto permite el giro de las varillas sobre este eje.

3. País

El país o paisaje es la tela (papel o cualquier otro material) que hace de membrana de unión de las varillas entre sí. El motivo de este «país» o membrana es de lo más diverso, pudiendo ser hasta un bordado de telas y encajes.

Padrones

Los padrones, podemos decir que son el escudo que protege al abanico y sus varillas del desgaste y los golpes cuando el abanico está cerrado. Estos padrones suelen ser más  gruesos que las varillas y de un material más resistente.

Tipos de abanico

Hay que indicar que existen abanicos, fabricados solamente con varillas, sin el país o paisaje. Suelen estar hechos de marfil, nácar, carey, madera o cualquier otro material, con varillas de pala ancha, y por lo general, con calados. Estas varillas suelen estar unidas con un pequeño tope, e incluso pueden estar unidas por una pequeña cinta. Estos abanicos se conocen como de baraja o reversibles, por que abren tanto hacia la derecha como hacia la izquierda.

Los abanicos de violín son abanicos, generalmente ribeteados con plumas o lentejuelas y que cerrados nos recuerdan a este instrumento musical.

En un principio, el abanico fue de uso tanto del género femenino como masculino, llevando los hombres pequeños ejemplares en el bolsillo. Sin embargo, su utilización se vuelve exclusiva de las damas a principios del siglo XX llegando hasta nuestros días.

Actualmente el abanico no está tan de moda, solamente se usa como complemento y también en algunas expresiones folklóricas.