El amor y la verdad

El amor y  la verdad

El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama… Juan 14:21.
Sin duda alguna, la mayor muestra de amor que hemos conocido, y conoceremos, fue la entrega de nuestro Señor, en el madero, dando su cuerpo, como sacrificio vivo, para que las consecuencias de nuestro pecado cayeran sobre Él y fuésemos así perdonados.
Sin embargo, no podemos ignorar que, en adición, fue la manifestación de la más alta obediencia.
Él vino a obedecer la encomienda que le había sido dada, aun a costa de disminuir su honra, haciéndose hombre, con la única finalidad de cumplir el plan establecido, para salvar así a quienes en Él crean.
Él obedeció, a pesar de sus sentimientos y emociones, a cabalidad, sin evasiones y sin demora, demostrando, de esa manera, Su amor por la humanidad.
El amor de la Biblia consiste en cumplir los mandamientos, en anteponer el establecimiento del Reino de los cielos, sin torcer la verdad, en aras de un amor, que se origina en la emoción.
El amor verdadero es llevar a los demás a la obediencia y al cumplimiento de las instrucciones divinas, aunque, en el momento, duela.
El amor nunca puede transgredir el precepto.
El amor nunca está por encima de la verdad.
La verdad es nuestro Dios y nuestro Dios es amor.